El mes pasado se produjo un cambio importante: la recuperación en la cotización de los valores tecnológicos y, en consecuencia, de la rentabilidad de los fondos de crecimiento o “growth”.
Y lógicamente surge la pregunta: ¿se acabó la recuperación del estilo de gestión “de valor”? ¿Tan poco ha durado? ¿Seis meses de hacerlo mejor que el estilo “de crecimiento” y “ya está”?, ¿después de tantos años de menor rentabilidad?
Lo vemos con perspectiva en el gráfico que viene a continuación.
Cuando la tendencia de la línea principal es bajista significa que el “value” lo hace peor que el “growth” y viceversa. Por eso a lo largo de los últimos años el gráfico es claramente bajista, y como en 2021 y finales de 2020, se ha producido un cambio significativo a favor del estilo de gestión “de valor”.
Desde un punto de vista técnico, si la línea de tendencia consiguiera mantenerse por encima de la barra azul claro, sería positivo para los fondos de valor y significaría que se confirma el cambio de tendencia.
También es muy importante la línea azul gruesa, la que mide la media móvil. Si la línea de tendencia consiguiera mantenerse por encima de ella sería muy buena señal para los fondos de valor.
Desde el punto de vista del análisis fundamental todo dependerá de si estamos realmente ante un cambio de ciclo en el que el crecimiento será mayor, generalizado y no solo en la tecnología, y si además lo será con algo más de inflación. Porque todos esos elementos son los que benefician a los fondos de valor.
Hay que cuantificar adecuadamente cuál es la intensidad de la “Gran Rotación”, de la que hablamos en estos cuadernos desde el mes de noviembre —ver hemeroteca— y cuál es la fortaleza que tiene la revolución digital, porque lo que está claro es que no ha finalizado.
Una cuestión importante es determinar si la revolución digital le va a seguir quitando cuota de mercado a las empresas “analógicas”. Hay cierta tendencia a pensar que el fin de la pandemia es el fin del desarrollo de la revolución digital. Y nada más lejos de la realidad. Si las empresas digitales siguen quedándose con el negocio de las analógicas, el sector tecnológico no tiene por qué hacerlo peor que el resto de sectores representados en los índices.
En este sentido hay una opción muy interesante y es centrarse en aquellos sectores de la tecnología que siguen en plena ebullición, lo cual no siempre lo podemos hacer utilizando fondos tradicionales porque su peso en los mismos es inexistente o reducido, pero sí lo podemos hacer utilizando ETFs (fondos cotizados).
Todas estas son las cuestiones que habrá que considerar a partir de ahora a la hora de dar mayor o menor peso al estilo de gestión “de valor” o “de crecimiento”. Y no son baladí.
Porque se habla mucho de seleccionar gestores, cuando en realidad acertar con un gestor frente a otro puede suponer una diferencia del 3 % o el 5 % si hablamos de los principales índices del mundo. Y eso cuando las hay, porque el 80 % de los gestores no son capaces de batir a los índices de referencia.
En cambio, acertar con el estilo de gestión adecuado a cada momento de mercado suele suponer diferencias anuales de dos dígitos. Por eso es algo a lo que le damos mucha importancia en Nextep, aprovechando la larga experiencia que tenemos en la actividad de selección de fondos y distribución de activos.