Una combinación de factores pueden estar alineándose para un posible fortalecimiento del dólar en los próximos días, inclusive a pesar de que el calendario económico parece estar algo ligero hasta el miércoles. Sin embargo, con la reunión de la Reserva Federal en dos días y la publicación de la cifra de empleos no agrícolas creados durante el mes de julio (NFP por sus siglas en inglés) dos días después, es muy poco probable de que el dólar americano se mantenga quieto por mucho tiempo.
Los días venideros son importantes para el dólar americano a medida que la curva de rendimiento comienza a tomar un giro interesante, o mejor dicho, aplanarse. Durante el mes pasado, los rendimientos en la parte baja de la curva (3 a 7 años) se han reactivado mientras que los rendimientos en la curva de largo plazo (más de 10 años) han seguido bajando.
El aplanamiento en la curva de rendimiento – cuando las tasas de interés de corto plazo se mueven más cerca de las tasas de interés de largo plazo (se acorta el spread) – es muchas veces visto como un precursor a una recesión. Con el rendimiento de los bonos del tesoro de 30 años en su punto más bajo de los últimos 13 meses, los inversores evidentemente se han apegado a la idea de que el crecimiento será mixto en el corto plazo (Q1: -2.9%, Pronóstico Q2: +3.0%) mientras que la inflación, a pesar de una mejoría en el mercado laboral, seguirá manteniéndose muy dócil.
El estado actual de la curva de rendimiento de los bonos del tesoro estadounidense claramente no es beneficioso para el dólar americano. Una curva de rendimiento alcista, en donde las tasas de rendimiento de largo plazo suban más rápido que las tasas de rendimiento de corto plazo, ha sido en ocasiones anteriores “el mejor” combustible para los Bulls del dólar en los últimos años (desde junio 2012). Sin embargo, el billete verde se encuentra al borde del precipicio de fortalecimiento vs sus principales contrapartes.