Continúa la fiesta en Wall Street y en los emergentes se extiende el veranito que hasta hace pocos días parecía tener escrita una fecha de partida.
Este miércoles Bernanke sorprendió a los mercados con el anuncio sobre la continuación del programa de compra de bonos (85.000 millones de dólares por mes) impulsando al S&P500 a un nuevo record. Adicionalmente, la baja de “Larry” Summers en la candidatura deja el camino libre a Janet Yellen para ser la próxima persona en ocupar la “silla” de la Fed. El mercado espera que la actual vicepresidenta de la Reserva Federal dilate el fin de los estímulos monetarios hasta que la recuperación en la economía norteamericana – y en particular en el empleo – esté “asegurada”.
Como puede observarse, en los últimos 30 días las acciones de mercados emergentes que engloba el EEM (ETF de Emerging Markets) aumentó un 12% contra un 4% del S&P 500.
El optimismo inversor también se reflejó en la recuperación de las monedas emergentes respecto al dólar. En el siguiente gráfico se muestra como en lo que va de septiembre la caída en la tasa de interés de los bonos del tesos (TNX) estuvo acompañada por el aumento en el precio de los bonos emergentes – representada por el EMB (ETF de Emerging Markets Bonds).
Está claro que nadie quiere quedarse afuera de la fiesta, sobre todo ante la expectativa de que las tasas de interés en las economías desarrolladas se mantengan cercanas a cero. Sin embargo, tarde o temprano la Fed pondrá fin al “dinero barato”, y veremos una depreciación en los activos emergentes respecto al dólar. Entonces, ¿cómo se puede invertir en emergentes en este contexto?
En el caso de la renta variable, es probable que continúe la tendencia alcista de septiembre en un horizonte de corto plazo aunque con un nivel de volatilidad considerable. En consecuencia, es importante tener stops de perdida controlados para aprovechar la suba sin experimentar caídas pronunciadas.
En relación a la renta fija, hay que tener en cuenta al menos dos aspectos. En primer lugar, se debe apuntar a bonos emergentes emitidos en dólares, ya que si las tasas de la Fed retornan al alza las monedas emergentes volverán a depreciarse.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que en el caso de la renta fija, no es lo mismo invertir directamente en bonos que hacerlo indirectamente a través de un ETF. ¿Por qué? Supongamos que invertimos en un bono que rinde 10% en dólares, en este caso ya estamos fijando esa tasa del 10%. Si las tasas suben el precio del bono caerá pero la tasa de mi inversión será todavía un 10%. Es decir, percibo un aumento del capital inicial en dólares. Sin embargo, si invertimos en un ETF de bonos, un aumento de la tasa de interés, implicara una baja en los precios de los bonos que componen el ETF, y por lo tanto puedo ver disminuir mi capital en dólares.