Pese a la violencia del movimiento, más de cuatro figuras de rango en la sesión del 3 de diciembre, no apreciamos una sustancial modificación del escenario principal del cruce EUR/USD.
Más bien al contrario, se ratifica el rango lateral (1,05-1,15) donde habitó el precio durante la práctica totalidad de 2015 en la medida que dicha reacción parte de la misma zona desde donde se gestaron rebotes anteriores, o sea, la base del mencionado lateral.
Por cierto, que, tras el repunte acontecido, el denominador común de las últimas cinco semanas ha sido la manifiesta incapacidad para ir más allá de la zona 1,10-1,1050.
Tenemos por tanto identificada la primera gran zona de barrera que el precio debería superar para que a la postre el movimiento del día 3 de diciembre pudiera considerarse como parte de un desarrollo al alza más importante, tanto en recorrido como en longevidad.
Pensar que el sesgo bajista pierde fuelle pasa ineludiblemente por generar una señal de fortaleza, es decir, superar 1,1050 dólares. Solo entonces, volvería a tener cierta lógica pensar en niveles superiores visitados en 2015, en entornos de 1,15.
Que en tres ocasiones (marzo, abril y diciembre) la zona 1,05 haya impedido el tan esperado y anticipado trayecto hacia la paridad no debe tomarse a la ligera. Supone la primera y gran referencia de soporte para 2016.
De fortaleza demostrada, mucho tendría que decantarse la balanza a favor de dólar para que fuese franqueada y generar, solo entonces, una evidente señal de continuidad en el proceso bajista que se inició en mayo de 2014 desde 1,40.
Si seguimos hablando de movimientos laterales, podemos decir que este 2015 está plagado de ellos. Entre otros, el que ha desarrollado el cruce del euro frente a la libra esterlina. Este es de obligada mención, entre otras cosas por lo nítido que es y, sobre todo, por la zona clave que evidencia y que seguimos considerando como clave para este inicio de 2016; el nivel 0,75.
A la zona de barrera que supuso en mayo y octubre (delimitando la parte alta del lateral) hay que añadir la tangencia que supone ese nivel con la directriz bajista principal que ha ido acompañando la depreciación del euro desde el verano de 2013.
Ahora mismo, la cota de 0,75 es garante de vigencia bajista, o cuando menos, lateral en este cruce. Cualquier estrategia orientada a buscar un posible movimiento alcista (apreciación del euro) pasaría ineludiblemente por ver cotizaciones superiores a ese punto.
El dólar americano ha vuelto a fracasar durante el mes de diciembre en su nuevo intento de avanzar de forma sostenida por encima de los 122 yenes por dólar. De hecho, esta incapacidad ha sido la tónica de este año 2015 que acabamos de finalizar donde la lateralidad ha cobrado todo el protagonismo.
Al igual que ha sucedido en la renta variable estadounidense aquí también hemos asistido a un “quiero y no puedo” en toda regla. Por arriba, incapaz de continuar la fuerte tendencia alcista que acumula desde finales de 2011 y por abajo, lo mismo.
En este caso, para poner fin a esa tendencia y entrar, cuando menos, en fase de reacción. Al menos en profundidad, porque de momento lo que se está es consumiendo tiempo.
La pista de lanzamiento donde se había colocado el par para abordar hitos más importantes por encima de los altos anuales (dólar) o mínimos (yen) se ha desvanecido. Y lo ha hecho porque la vela semanal de ruptura del nivel 122, aquella que finalizara el pasado 6 de noviembre, ha sido rota.
La única condición que este análisis ponía era que el origen de la misma, en los 120 yenes por dólar se mantuviera intacta. Y ésta, ha saltado por los aires. Con lo cual, vuelta al amplio lateral con base en 115,50-90 yenes por dólar y vuelta a empezar.
El hecho de que el Macd semanal hubiera cruzado al alza después de 20 semanas consecutivas cruzado a la baja, era una señal más que halagüeña. Pero el cruce al alza a duras penas se ha mantenido unas pocas semanas. De hecho, la primera semana de cotización de diciembre ya nos trajo un nuevo cruce a la baja del Macd, cruce que, a día de hoy, se mantiene.
Lo llamativo, es que este ese es el segundo fallo consecutivo que tenemos en ese par desde que partiera al alza en los 75,56 yenes por dólar. leste cruce nos invita a este análisis a mostrarse así de contundente.
Al fin y al cabo, este cruce es la consecuencia de de una depreciación del yen frente al dólar. Recordamos, que el primer asalto a la importante zona de barrera de los 122 yenes por dólar se produjo a finales de mayo, provocando un cruce al alza en el Macd semanal, por primera vez en 19 semanas.
La aventura duró más bien poco, pues el oscilador solo pudo mantener el cruce, apenas, 4 semanas. El colapso de agosto, que llevó al par a caer hasta niveles de 116, fue la consecuencia más inmediata de este fracaso.
Este nuevo cruce al alza en el Macd semanal, el actual, se produce, tras permanecer, casualmente, otras 19 semanas cruzado a la baja. Y lo hace tras romper de nuevo al alza los 122 yenes por dólar.
Ya les decíamos en el anterior número que las dos crestas semanales confirmadas seguían apareciendo en el chart semanal y que eran una amenaza pese al asalto a la zona 122. Pues bien, hoy son tres las crestas decrecientes.
Las bandas de medias móviles semanales, están siendo perdidas, a falta de la confirmación al cierre de vela semanal. Cierres semanales en niveles de 119-119,40 yenes por dólar darían fe de ello.
Frente a estas cuestiones técnicas tenemos una gran base formada en los entornos de 115,50-90 yenes y por supuesto, el apoyo incondicional del BOJ (Banco de Japón) que ya ha ampliado el tamaño de su balance cerca del 70%, sin límite y con lo única intención de generar inflación y/o de que su moneda no valga nada.
La libra esterlina ha seguido depreciándose frente al dólar, pero a un ritmo lento. Los constantes rebotes han cesado, eso sí, desde mediados de diciembre, llevando al par a cotizar cerca de su zona de mínimos del año 2015, en los entornos de los 1,45-46 dólares.
Hasta 5 tangencias acumula el par en su directriz bajista con la particularidad de que ha sido respetada, por lo que no cabe pensar otra cosa de la misma, que no sea que el considerarla como la mejor guía de control que tenemos, pese a que nos puedan parecer demasiadas.
El nivel de control podemos por lo tanto bajarlo, una vez más, hasta el último máximo de reacción decreciente en los 1,53 dólares, coincidiendo, ahora sí con la directriz bajista.
El índice dólar estaba descontando una subida de tipos por la parte de la Reserva Federal en su reunión de diciembre y así ha sido. Apenas 25 pb, situando los fed funds en el rango 0,25%-0,50%. Esto ha provocado una primera reacción depreciatoria en el dólar, llevando al índice dólar a cotizar en el nivel 97, cómodamente por encima del mínimo del mes de noviembre.
Sea como sea, y más allá de estas reacciones podemos decir que al menos, técnicamente, el chart mensual del dollar index no ofrece grandes dudas en cuanto a su interpretación, independiente de lo que finalmente acontezca.