El viceprimer ministro chino, Liu He, viaja hoy a EE.UU. para continuar las negociaciones con el secretario del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin con el objetivo de conseguir llegar a una tregua en las disputas comerciales entre ambos países. De esta forma, el segundo encuentro entre las dos principales potencias mundiales servirá para reanudar las conversaciones de las cuales la semana pasada no salieron acuerdos concretos debido a las diferencias entre ambas partes.
Y es que el equipo de negociación de EE.UU. entregó a Pekín antes de las conversaciones un documento con los ocho puntos principales que querían abordar, en los que se exigía a China una reducción del déficit que mantiene con el país asiático en 200.000 millones de dólares de aquí a 2020, el fin de subsidios en algunos sectores, una mayor protección de la propiedad intelectual y la reducción de aranceles en algunos sectores. Sin embargo, las autoridades chinas vieron estas peticiones como “injustas”.
A pesar de ello, la agencia Xinhua publicó tras los dos días de negociaciones en suelo chino, que “las dos partes acordaron que una relación estable y sólida entre ellas es crucial para ambas, y que están comprometidas a resolver sus relevantes problemas económicos y comerciales a través del diálogo y la consulta”. Además, al término de las reuniones de la semana pasada, los medios oficiales de China, informaron que ambos países habían establecido un “mecanismo de trabajo” para estrechar la comunicación y que se necesitaba trabajar duro para atajar las diferencias.
En definitiva, parece que el segundo encuentro entre las partes viene con algo menos de tensión y con más positivismo, sobre todo después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, haya publicado en su cuenta de Twitter que está trabajando con el presidente chino Xi Jimping, para ofrecer al gigante de las telecomunicaciones ZTE (HK:0763) “una forma de volver a entrar en el juego”; esto viene después de que el gobierno de EE.UU. había prohibido a las empresas estadounidenses que proporcionaran tecnología a ZTE tras descubrirse que la empresa china había enviado ilegalmente equipamiento a Irán. Por tanto, la nueva decisión de Trump se podría percibir como una concesión por su parte de EE.UU. Además, a la espera de dicha reunión, el magnate neyorkino también publicó otro mensaje optimista en Twitter, diciendo que “todo saldrá bien”.
En cualquier caso, sólo queda esperar para saber si la buena disposición de ambas partes y la mano tendida por parte de Trump consiguen resolver la escalada de tensión entre las principales potencias económicas mundiales que, en forma de aranceles, llevan alimentando sus disputas comerciales desde el pasado mes de abril, cuando comenzaron debido a la decisión de Trump de imponer aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio, a lo que China respondió con la imposición de aranceles por 3.000 millones de dólares a un total de 128 productos estadounidenses.