Hay un viejo dicho de la bolsa muy familiar para la mayoría de los inversores: "Vender en mayo y salir del mercado". La idea que subyace tras esta estrategia, si se puede llamar así, es que, de noviembre a mayo, los mercados de valores van mejor que de mayo a noviembre.
No obstante, el problema que tienen muchos viejos refranes es que hay una tendencia a no cuestionárselos nunca, siguiéndolos al pie de la letra sin ninguna comprobación de si son fiables. Como mayo ya ha comenzado, hemos decidido estudiar el rendimiento del S&P 500 los últimos 20 años durante los períodos antes mencionados, para averiguar si realmente vale la pena vender en mayo y salir del mercado.
Estos datos concretos cuentan una historia bastante clara.
A lo largo de las últimas dos décadas, el rendimiento del S&P de noviembre a mayo ha sido mejor que durante los siguientes seis meses, de mayo a noviembre, el 75% del tiempo, o 15 de cada 20 veces.
Pero estas cifras aisladas no cuentan la historia completa. Si uno hubiera invertido 10.000 dólares en el S&P en noviembre de 1998, y los hubiera dejado tal cual, hoy tendría 26.812 dólares, lo que supone un aumento de +168% —un rendimiento anualizado del 4,69%. Puede parecer poco, pero recuerde que hace casi exactamente 20 años, los mercados estaban al borde de la explosión de la burbuja punto.com. Por lo tanto, el rendimiento se vio afectado negativamente por el plazo elegido.
Si hubiéramos vendido en mayo y salido del mercado cada año desde 1998, los mismos 10.000 dólares equivaldrían ahora a 27.735 dólares, un aumento del 177%, o un rendimiento anualizado del 4,98%. Por el contrario, vender en mayo y salir del mercado, y volver a comprar en noviembre, habría reportado un beneficio extra del 3,45% durante los mismos años 20. Sin embargo, teniendo en cuenta los costes de las transacciones y el impuesto de plusvalías, esta estrategia habría dado peor resultado que comprar y mantener, incluso aunque el rendimiento medio de noviembre a mayo fuera de hecho mejor que el rendimiento del S&P de mayo a noviembre.
Por último, por curiosidad, ¿qué pasa si uno decidiera ir a contracorriente y vender en noviembre y salir del mercado? ¿Serían el resultado aún mejor? La respuesta es un no rotundo.
Invertir 10.000 dólares de mayo a noviembre en los últimos 20 años habría reportado sólo 9.667 dólares, lo que supone una rentabilidad negativa del 3,33%, y eso antes de tener en cuenta los costes adicionales. Claramente, la más simple de todas las estrategias, la de comprar y mantener, es la mejor opción, lo que tiene cierto sentido. A menudo es verdad, al fin y al cabo, que cuanto menos trasteemos, mejor será el resultado.