Tras un año de fuertes noticias y, sobre todo, importantes eventos, las últimas dos semanas de diciembre asoman como mucho más tranquilas para las divisas principales.
El euro parece haber ganado lo que no pudo ganar durante el resto del año ante el euro, y termina con un triunfo apretado aunque claro frente a la moneda única. Cabe señalar que la apertura del año fue en 1,0868. La clave de la baja del euro, pese a todo, vino de la mano del alza de tipos de interés de la Reserva Federal Fed), anunciada la semana pasada, pero descontada por los mercados durante mucho tiempo.
Ante la libra, el triunfo del dólar fue más sencillo. La divisa británica cayó ante la probable salida de Reino Unido de la Unión Europea, y pese a su lenta recuperación posterior, no logró estabilizarse sobre 1,30, que es el valor clave sobre el cual podría iniciar un camino que la deje cerca de 1,40, un precio que aparece como más que razonable a esta altura delos acontecimientos.
El petróleo, en tanto,sí le gana al dólar la contienda del año, aunque la noticia luce algo difusa: sus ganancias no llegan a cubrir ni el 50% del máximo de los últimos años, cuando alcanzó los 110 dólares por barril. La baja del petróleo no tuvo argumentos claros, y asemejó ser una forma de presión de algunos países productores sobre las nuevas tecnologías que aplica Estados Unidos.
Así podríamos enumerar prácticamente a todos los activos existentes, y el dólar aparece como claro ganador.
Claro, quedan las acciones. Y no es poco. Los índices de Nueva York muestran en los últimos días del año que la victoria de Donald Trump no cayó del todo mal, y hasta puede ser motivo de euforia si, como se cree, el próximo presidente rebaja los impuestos a las empresas.
No parece, de todos modos, que el rally de las acciones se extienda por mucho más tiempo. Bastarán uno o dos anuncios que no satisfagan a los mercados para que el humor cambie. Tasas altas y acciones en máximos históricos es una pareja que no suele durar mucho.
Para este lunes se pueden esperar movimientos prudentes en las monedas líderes. El euro, si logra superar 1,0470, podría buscar con dificultades la zona de 1,0505, superada la cual 1,0530 y 1,0550 serán las resistencias a seguir. Los soportes, 1,04 y 1,0360, mínimo de 13 años que alcanzó la semana pasada.
Al euro ni siquiera le alcanzó una buena encuesta IFO de Alemania, que marcó máximos importantes en la sesión europea. Se supone, con buenas razones, que un euro bajo estimulará las exportaciones de Alemania, y mejorará el clima en toda la Eurozona.
La libra esterlina presenta una tendencia bajista de corto plazo, pero con un panorama algo más alentador que el euro. La superación de 1,25 podría darle fuerza a la moneda británica, que tendrá objetivos en 1,2530 y 1,2550 para el resto del día.
En tanto, el yen recuperó más de 130 puntos desde su mínimo de febrero pasado que tocó en 118,60 el jueves, y podría extender sus ganancias a la zona de 117 en primer término,con siguientes soportes en 116,80 y 116,45.
En todos los casos, se trata de correcciones bajistas del dólar, que parece preparar un nuevo ataque para los próximos días.