Han pasado muchas cosas en estas semanas. Primero, un colapso histórico del euro que de 1,40 en mayo de este año llegó días atrás a un nivel que rozó el 1,25 haciendo nada más y nada menos que ¡1.500 pips en cinco meses!
Junto a esto, siguió un clásico selloff de commodities con el petróleo bajando cerca de 25 dólares en semanas, la soja colapsando también un 20/25% y podría seguir con una tira interminable de selloffs que denota a un mercado intentando acomodarse a la nueva dinámica instaurada en el dólar americano.
Hasta el S&P 500 que venía invicto desde quien sabe cuánto tiempo, le costó casi un 5% desde mediados de agosto y los “osos” salen de la fase hibernación.
La pregunta es: ¿qué narices está pasando? Y mi respuesta a esto es muy sencilla: la Fed al salirse ya de QEIII no tiene nada para sorprender a nadie, queda entonces peligrosamente relegada a un satélite monetario y en su remplazo aparecería un BCE que a esta altura de los acontecimientos y con la recesión llegando ya nada más y nada menos que a Alemania, sigue dudando en público de si hay que hacer o no QEI.
En algo tan delicado como un QE, el BCE debería estar muchísimo más claro y delante del mercado. Recordemos que en plena crisis PIIGS, el BCE subió los tipos, ojo el piojo.
Esto no es un detalle trivial: de la absoluta coherencia de la Fed parecería que nos movemos ahora a la permanente inconsistencia de un BCE del cual nadie entiende bien en qué intenta embarcarse todavía, a mí no me sorprende, el BCE ha sido históricamente inconsistente desde junio 2007 momento en que arranca todo este quilombo.
Este cambio de importancia relativa significa una sola cosa para el mercado y no es bueno: mucha más volatilidad al correrse la gran ancla de mercado, la Fed, y al reaparecer este jugador confundido e inestable, el BCE, al que siempre le cuesta horrores ser “dovish”.
El rally del dólar ha sido muy agresivo, muy desordenado y el mundo entero quedó ahora atrapado en un brusco e inesperado cambio de precios relativos.
Si el BCE comienza a ser el nuevo ancla del mercado en el corto plazo: estamos muy en el horno y si no, recuerden lo que pasó en 2010 y 2011 cuando el mundo entero dependió del BCE para resolver su crisis PIIGS.
El BCE no hizo nada relevante y el mago Bernanke frotó la lámpara con un QE en EE.UU. ¿Se viene otra vez sopa? Un BCE nini…. y ¿a dudar todos de nuevo?