Semana positiva para los índices de renta variable tanto en Europa como en EE.UU. El S&P 500 se encuentra en zona de máximos históricos cerca de los 4.100 puntos mientras que el Eurostoxx 50 se acerca a los 4.000 puntos, niveles no vistos desde 2007. Lo más destacado de la semana ha sido la actualización de perspectivas de crecimiento económico del FMI, aumentando un 0,5% las expectativas de crecimiento para la economía mundial hasta el 6% en 2021 y un 0,2% hasta el 4,4% en 2022. Esta revisión al alza se apoya en el nuevo paquete de estímulos en EEUU y la aceleración de la campaña de vacunación en todo el mundo.
En la agenda macro, conocíamos esta pasada semana datos mixtos. La parte positiva ha sido los datos de PMI servicios en Europa, cuyas cifras han sido mejores de lo estimado por el consenso mientras que en la parte negativa encontramos los datos de producción industrial en Europa, muy por debajo de lo esperado.
Pero esta pasada semana, además de la consolidación de los máximos de las bolsas, nos deja tres constataciones de importancia para el devenir de los mercados. La primera es que ha finalizado la rotación de carteras hacia sectores value o cíclicos. Los valores tecnológicos vuelven a ser protagonistas. El Nasdaq 100 lideró las subidas semanales con un +3,87%. La segunda, la tensión sobre la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años se ha reducido, cierra la semana en niveles del 1,66%. El mercado parece que comienza a creerse el discurso de los banqueros centrales. Estas dos primeras constataciones están estrechamente relacionadas porque, como sabemos, la estabilidad en los tipos a largo beneficia a las compañías más growth. Y la tercera, y no menos importante, el crecimiento económico va a un ritmo mejor de lo esperado, apoyado en una vacunación que se acelera.
Cada vez son menos los motivos para considerar excesivamente altas las valoraciones actuales de la renta variable, incluidas las de las compañías tecnológicas. Las expectativas de crecimiento y de mejora de resultados empiezan a hacer razonables, e incluso atractivas, las valoraciones actuales dentro del mar de liquidez en que nos vamos a mover en los próximos años.
A partir de ahora entramos en una fase de estabilidad, después de los ajustes que hemos vivido los dos últimos meses del primer trimestre del año. De estabilidad, pero de gran importancia para el resultado anual. La publicación esta semana de los PIB trimestrales y de los resultados empresariales, que también comienzan a publicarse esta semana, van a apuntalar las valoraciones de los activos de riesgo y van marcar el recorrido que pueden realizar los próximos meses. Por lo tanto, esta semana deberemos estar muy atentos a las previsiones que realicen las compañías y las autoridades económicas.
Se espera que este primer trimestre el PIB interanual de China crezca un 18,8% y que los resultados empresariales, cuya publicación comienza esta semana, crezcan un 47% en Europa y un 24% en las compañías del S&P 500, respecto al primer trimestre del pasado año. Si a esto acompañan unos datos de inflación razonables, como parece, podemos ver un buen comportamiento de las bolsas esta semana.
En mi época de universitario, uno de mis profesores de estadística me dio una clave cuando se trata de hacer pronósticos. Una clave con base estadística, decía. Si quería pronosticar lo que sucedería al día siguiente en cualquier ámbito de difícil predicción, como la meteorología por ejemplo, lo mejor es pronosticar que será igual que hoy y quizás un mínimo cambio no relevante. La probabilidad del éxito aumenta considerablemente con esta técnica.
Los datos nos dicen que hoy nos encontramos inmersos en una tendencia positiva y lejos de realizar un análisis predictivo en profundidad con técnicas estadísticas de modelización, big data o técnicas de aprendizaje automático, en estos momentos prefiero aplicar la técnica del pronóstico de mi profesor de estadística. Por lo tanto, mañana la tendencia positiva continuará con pequeños cambios no relevantes.