Las incertidumbres sobre la política económica pueden intensificar la desaceleración a nivel mundial.
Europa: las medidas acordadas deben ser rápida y eficazmente implementadas para acelerar la recuperación.
España: la persistencia de elevadas tensiones financieras extenderá a 2013 la contracción de la actividad.
Con objetivos fiscales más creíbles y medidas contundentes, el esfuerzo debe centrarse ahora en su ejecución y en las reformas para mejorar la capacidad de crecimiento.
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