(Este artículo se publicó en inglés el día 23 de julio de 2020)
Las expectativas de que aumente la demanda de gasolina y recupere lo suficientemente pronto los niveles precoronavirus en Estados Unidos es simplista, cuando menos.
La verdad: la situación de la demanda de gasolina en Estados Unidos no parece optimista. Tras meses de interrupción, puede pasar un tiempo hasta que se establezca una recuperación real, dados los varios factores que complican unas cifras continuamente bajas.
Las medidas de confinamiento provocadas por la pandemia a mediados de marzo y abril afectaron mucho a la demanda de gasolina. Casi todos los estados instan a los ciudadanos a quedarse en casa y algunos incluso tratan de imponer el confinamiento bajo amenaza del uso de la fuerza, además de cierres de escuelas y negocios, de manera que el consumo de gasolina se desplomó hasta en un 50% entre principios de marzo y principios de abril.
A mediados de abril, cuando se relajaron las medidas de confinamiento, algunos estadounidenses comenzaron a conducir de nuevo, y la demanda de gasolina empezó a subir, mejorando de forma constante semanalmente en mayo y junio.
Muchos analistas se han tomado esto como una buena señal, a juzgar por los datos que indican un aumento de la utilización de refinería, las cifras de movilidad de Apple (NASDAQ:AAPL) (que desde entonces han resultado ser altamente inexactas) y las cifras de China que han indicado que cada vez más trabajadores chinos evitan el transporte público y optan por conducir.
La percepción popular es que la demanda de gasolina de Estados Unidos estaba en proceso de volver a repuntar hasta niveles precoronavirus. Sin embargo, a pesar de estar en plena temporada estival de conducción en Estados Unidos, los datos muestran que la demanda de gasolina de hecho no se ha recuperado.
Si bien estaba claro hace meses que el uso de gasolina este año no alcanzaría los niveles típicamente elevados propios del verano, la demanda no ha sido capaz ni de recuperar los niveles precoronavirus de principios de marzo, un momento en que normalmente no hay mucha actividad en las carreteras.
Ahora, el consumo de gasolina está descendiendo. Los últimos datos de GasBuddy muestran que ha caído por tercera semana consecutiva en Estados Unidos. GasBuddy recopila datos de compras minoristas de gasolina en surtidores a diferencia de la Administración de Información Energética, que realiza un seguimiento de las entregas de gasolina de las refinerías a las estaciones de servicio.
La razón más común que se ha dado para explicar por qué la demanda de gasolina se está desacelerando en Estados Unidos en lugar de repuntar en este momento es los continuos positivos de test de coronavirus registrados en tres estados que generalmente son responsables del 25% del consumo de gasolina estadounidense: Florida, Texas y California. Si bien es cierto que parte del descenso de la demanda de gasolina se debe a las personas que optan por quedarse en casa en zonas donde los positivos de los tests del virus están aumentando, eso es sólo una parte.
Disminución del uso: El panorama completo
Dos factores aún más críticos para la futura demanda de gasolina en Estados Unidos: la economía y el impacto psicológico del virus.
Más de 30 millones de estadounidenses han solicitado el subsidio por desempleo . Las pequeñas empresas, que representan el 44% de la actividad económica de Estados Unidos, cierran sus puertas —al principio temporalmente y ahora de forma permanente— a tasas tan altas que es imposible medirlas en este momento. Según Yelp (NYSE:YELP), más de la mitad de los negocios que cerraron temporalmente ahora están cerrados permanentemente.
Un comunicado de prensa del Centro de Investigación Alineable informó de que 900.000 pequeñas empresas podrían haber cerrado hasta ahora. Los despidos en las grandes empresas han empezado y, al haber tantos distritos escolares que han decidido no impartir clases presenciales, la demanda de gasolina no recibirá un impulso tan grande como debería de los viajes diarios a los centros educativos y al trabajo. Además de los resultados funcionales de los cierres, está el impacto del miedo de la población, que impide los viajes de verano, el comercio y la interacción pública.
Las recesiones no son amables con la demanda de gasolina, y esta recesión se combinará con la parálisis psicológica actual de muchos estadounidenses que se sienten aterrorizados de salir de sus hogares para conducir siquiera hasta el supermercado.
Parte de la demanda de gasolina se recuperará a medida que la tasa de infección se desacelere en los principales estados impulsores, pero para entonces, el golpe de la recesión estará en pleno apogeo. Los observadores del mercado deben tener en cuenta la posibilidad de que los niveles actuales de consumo de gasolina estadounidense sean lo mejor que van a obtener el resto de 2020, y asimilarlo en sus consideraciones sobre los movimientos del precio del petróleo.