Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Los inversores se sienten aliviados porque el Reino Unido no saldrá caóticamente de la Unión Europea sin un acuerdo. En los últimos dos días, el Parlamento ha rechazado el acuerdo de salida de Theresa May y ha votado a favor de descartar un Brexit sin acuerdo. Lamentablemente, en lugar de aceptar la derrota, May se niega a dar marcha atrás y reconocer la voluntad del Parlamento y ha respondido diciendo que un Brexit sin acuerdo sigue siendo lo que ocurrirá por defecto a menos que se llegue a un acuerdo. Teniendo esto en cuenta, May tiene que dejar de tirar balones fuera y solicitar ya una extensión del Artículo 50. Se comenta que va a solicitar un aplazamiento de dos meses y, si no lo hace, la votación del jueves la obligará.
El par GBP/USD se disparó más de un 2% el miércoles y el EUR/GBP registró mínimos de más de un año. El riesgo de un Brexit sin acuerdo lleva preocupando a los dirigentes de los bancos centrales y a los inversores durante meses y, al haberse descartado esta opción, la economía del Reino Unido ya no está en riesgo de sufrir una profunda y rápida contracción. En cambio, el crecimiento seguirá ralentizándose lentamente hasta que los británicos abandonen la Unión Europea y asegure acuerdos comerciales favorables con otros países. De ningún modo está el Reino Unido fuera de peligro pero, por el momento, el fuerte repunte de la libra refleja que el mercado respira tranquilo pues el país no ha caído en un caótico vacío.
Pero a la libra aún le queda otro obstáculo por superar, y es el plazo para la extensión del Artículo 50: ¿será un breve aplazamiento de dos meses o uno de más de dos años? Sabemos, por declaraciones anteriores de la Comisión Europea, que están abiertos a retrasar la salida más de un año, pero la primera ministra, que hasta ahora se ha negado a presentar la solicitud, podría optar por una extensión más corta con la esperanza de presionar a todo el mundo. No está claro cuándo lo sabremos pero la presentación de la solicitud está asegurada y la UE la concederá. Tampoco están encantados porque, para descartar el Brexit sin acuerdo, es necesario llegar a un acuerdo, pero por lo menos ya no se cierne sobre ellos el plazo del 29 de marzo.
Habiendo tenido años para llegar a un acuerdo, las expectativas de una extensión de dos meses son escasas pero, si May presenta la solicitud y la UE la acepta (y no hay razón para que no lo haga), el par GBP/USD podría ampliar su repunte hasta el nivel de 1,35. Todos los mercados financieros se han beneficiado de la votación del Brexit: las acciones de Estados Unidos han subido considerablemente ya que todas las divisas principales han seguido la estela de la libra al alza. El par EUR/USD superó el nivel de 1,13 mientras que el USD/CAD descendió por debajo de 1,33. El USD/CHF está a punto de romper la paridad. Un Brexit sin acuerdo habría sido perjudicial para la eurozona, razón por la cual, después de la votación del miércoles, la divisa podría observar un aumento de la cobertura corta. Los fundamentales de la eurozona no son superhalagüeños pero la recuperación de las cifras de producción industrial de principios de mes, la mejora del interés por los activos de riesgo y el rendimiento de los bonos alemanes, que ha tocado fondo, deberían propiciar más ganancias para la moneda. Como mínimo, esperamos que el EUR/USD alcance el nivel de 1,1365/1,14.
El dólar estadounidense podría ampliar su descenso con respecto a las demás monedas principales especialmente después del discreto informe de inflación del miércoles. Los precios al consumo y los precios de la producción han subido con respecto al mes anterior pero la positiva contribución de la subida de los precios del petróleo ha sido limitada. No se espera que los informes de solicitudes de subsidio por desempleo y ventas de vivienda nueva tengan un impacto significativo sobre la divisa. De hecho, los traders del USD/JPY dirigirán la atención a la reunión de política monetaria del Banco de Japón, celebrada el miércoles. No se esperan cambios en la política monetaria pero la economía se ha ralentizado y la inflación está descendiendo. El banco central podría revisar a la baja sus previsiones económicas, lo que podría ampliar la caída del yen japonés.