Tesla (NASDAQ:TSLA) de Elon Musk: visiones sin avances tangibles
El fundador de Tesla, Elon Musk, decepciona cada vez más con su dirección estratégica. Al principio, consiguió desmarcarse de la competencia reduciendo el precio de sus coches eléctricos, pero la reducción de costes por sí sola ya no basta para cumplir las altas expectativas puestas en la empresa. El evento Robotaxi de Musk, en el que presentó taxis autónomos y robots humanoides como «Optimus», dejó un regusto insípido. Aunque la visión de la conducción autónoma y los robots como ayudantes cotidianos suena muy bien, sigue habiendo muchas dudas sobre su viabilidad en la realidad. Según un informe de Bloomberg, los robots habrían sido teledirigidos durante la presentación, lo que arroja dudas sobre la credibilidad del proyecto.
El mercado bursátil está reaccionando con creciente escepticismo, ya que la anterior ventaja tecnológica de Tesla ya no es claramente reconocible. La valoración bursátil, que sigue siendo muy alta, es cada vez más difícil de justificar. La tecnología de Tesla para la conducción autónoma aún no está lista para el mercado, y las promesas de Musk de que «Optimus» podría convertirse en el mejor producto de todos los tiempos parecen cada vez menos realistas a muchos analistas e inversores. Además, Tesla está sometida a una creciente presión competitiva, ya que tanto los fabricantes de automóviles tradicionales como las prometedoras empresas chinas están alcanzando a Tesla en diversas áreas.
Por desgracia, estos problemas también se reflejan en el gráfico de la acción de Tesla. La acción ya ha sufrido una corrección muy fuerte en el periodo comprendido entre noviembre de 2021 y enero de 2023 y ha caído desde su máximo histórico de 414,50 dólares hasta 101,20 dólares.
La subida desde el mínimo de 101,20 USD parecía inicialmente muy esperanzadora. Después de todo, la acción fue capaz de remontar hasta los 299,29 dólares. Pero entonces llegó el problema técnico:
Se puede filosofar durante horas sobre si la tecnología de los gráficos es útil o no. Llevamos años obteniendo excelentes resultados con ella. Y quizás estemos salvando a una o dos personas de tomar la decisión equivocada.
Tesla ha tenido la oportunidad de formar una estructura de impulso alcista multiparte muy bonita desde el mínimo de 101,20 dólares. Lamentablemente, sin embargo, la acción cayó por debajo del mínimo marcado con una [B] en el gráfico (marcado con una [A] en la flecha beige) en 138,80 $ y, por lo tanto, técnicamente rompió la tendencia alcista.
Esto significa que Tesla probablemente aún se encuentre en la onda correctiva grande (II), cuyo objetivo vemos en la zona del recuadro morado en 88,70 $ a 46,84 $. La acción puede alcanzar este objetivo de dos maneras. La acción puede alcanzar este objetivo de dos maneras: Directamente o a través de una desviación al alza. Es muy posible que Tesla alcance o incluso supere el máximo histórico anterior y sólo entonces se desplome.
Nos inclinamos por la vía directa. Esto pondría fin al drama más rápidamente y Tesla podría volver a subir con verdadera libertad. Sin embargo, es de temer que primero veamos una trampa alcista extrema, que es nuestra alternativa.
Carlos Tavares y Stellantis: optimización de costes a costa del future
Mientras que a Musk se le critica por tener una visión exagerada, Carlos Tavares, consejero delegado de Stellantis, tiene un problema diferente: se ha centrado demasiado en reducir costes y optimizar beneficios, pero ha descuidado la viabilidad futura de la empresa. La estrategia de Tavares de maximizar los beneficios a corto plazo le ha hecho perder de vista importantes tendencias futuras. Esto le está pasando factura, sobre todo en el mercado estadounidense, donde los clientes, especialmente los de la marca Jeep, ya no le siguen el juego. El resultado fue una advertencia de beneficios, que provocó una caída significativa del precio de las acciones.
Tavares, que en su día fue considerado un directivo estrella, se enfrenta ahora al posible final de su carrera. Su falta de innovación y la ausencia de inversiones en tecnologías orientadas al futuro, como los coches eléctricos o la conducción autónoma, hacen que Stellantis parezca vieja en comparación con sus competidores.
Retos comunes. Transformación de la industria del automóvil
Ambas empresas personifican los profundos retos a los que se enfrenta actualmente la industria del automóvil. Mientras Tesla tiene planes visionarios pero es incapaz de realizarlos a tiempo, Stellantis adolece de una fijación excesiva en los beneficios a corto plazo y una falta de estrategia orientada al futuro. Ambos enfoques están provocando el deterioro de la posición de mercado de las empresas y la presión sobre el precio de sus acciones.
En general, está claro que la industria del automóvil se está viendo sacudida por la transformación, que a menudo se denomina inofensivamente «cambio». Las empresas no sólo tienen que optimizar sus métodos de producción tradicionales, sino también desarrollar al mismo tiempo las tecnologías del futuro, un reto que tanto Tesla como Stellantis no están logrando superar.
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