El anaílisis de una cartera debe basarse en muchas variables pero debemos prestar especial atención a una de ellas, la volatilidad. Entiéndase por volatilidad, en términos matemáticos, la desviación estándar de un activo respecto a la media en un horizonte temporal definido. En lenguaje llano, es el riesgo de pérdida de la cartera.
La volatilidad como medida de riesgo tiene muchas características que la hace un perfecto cuantificador del riesgo. Entre ellas es medible y cuantificable, pero sobretodo acotable. Esta última característica permite, por ejemplo, definir con gran exactitud el perfil de riesgo de un fondo de inversión y el plazo mínimo para que la inversión obtenga los rendimientos esperados.
Cuando de un fondo de inversión se dice que tiene una volatilidad anualizada del 10% significa exactamente que en un 84% de probabilidades la pérdida máxima en un crash de mercado puede ser del 10%. El 16% de probabilidades se reserva a eventos denominados "Cisne Negro" o como se conocen estadísticamente, colas de mercado.
Las colas de mercado son eventos producidos básicamente por la incertidumbre, donde los mercados sobre reaccionan ante unos acontecimientos que nublan las perspectivas a corto plazo. El pánico se apodera de los inversores y estos actúan de forma totalmente irracional.
El COVID-19 es una clara definición de cola de mercado, en tan solo 2 semanas los principales mercados financieros del mundo han perdido alrededor de un 30%. Solo podemos encontrar una retrocesión semejante en 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers.
Pero esto nos es ninguna sorpresa, las colas de mercado siempre han estado presentes y siempre lo estarán porqué el ser humano es por encima de todo un ser emocional y en momentos de pánico las emociones mueven los mercados financieros.
Como inversores profesionales, debemos estudiar cada día la situación del mercado y en momentos como estos saber que lo importante es tomar distancia y afrontar la situación con amplitud de miras.
Cuando estás preparado desde el comienzo para sufrir episodios de volatilidad en la evolución de las inversiones, menos probabilidades tienes de verte sorprendido cuando ocurren y más probabilidades tienes de reaccionar racionalmente.
Ante los cisnes negros debemos apostar por los 5 mandamientos de la inversión:
1. El mejor momento para invertir siempre es ahora
Nadie conoce qué harán los mercados mañana o el mes que viene, solo sabemos con total exactitud qué a largo plazo producen beneficios a todos los inversores, ya que las bolsas por definición son alcistas. Cuando los inversores intentan acertar con los tiempos del mercado y entran y salen de sus inversiones, pueden correr el riesgo de erosionar las rentabilidades futuras, ya que se pueden perder los días de mayor recuperación del mercado y las oportunidades de compra más atractivas que generalmente aparecen en periodos de pesimismo. Perderse tan solo cinco de las mejores jornadas bursátiles puede significar reducir a la mitad la rentabilidad acumulada a largo plazo.
2. Rentabilidad, tiempo y riesgo siempre van de la mano
Una no puede ir sin la otra, las tres variables están interrelacionadas entre sí. Si quieres una rentabilidad superior tienes que asumir más riesgo, lo que implica ampliar tu horizonte temporal. A corto plazo las cotizaciones de los activos pueden desviarse de su valor intrínseco a causa de eventos inesperados de mercado, pero a largo plazo los beneficios empresariales y el crecimiento económico marcan la tendencia.
3. La diversificación, pilar base de una cartera
La construcción de una cartera debe tener como pilar fundamental la diversificación. Lo primero que debemos hacer es elaborar una estrategia de diversificación por mercados, tanto en renta variable como en renta fija. En segundo lugar diversificaremos estos mercados mediante la selección táctica de activos, ponderados por riesgo. Con esta metodología de construcción de carteras reduciremos los riesgos específicos de mercado y conseguiremos rentabilidades más homogéneas a largo plazo.
4. El control, pieza clave
La sensación de control siempre debe imperar en uno mismo. El punto clave es no permitir que la euforia o el pesimismo infundado del mercado nublen el juicio del inversor. Si tenemos una estrategia bien definida y con un horizonte temporal marcado, no debemos tomar decisiones precipitadas y motivadas únicamente por el sentimiento actual. Si una fluctuación de mercado le hace estar incómodo, le recomiendo encarecidamente que revise su perfil de riesgo.
5. Gestión activa por fundamentales
Durante los periodos de alta volatilidad la gestión activa es cuando muestra su mayor fortaleza. Ante las perturbaciones de mercado la selección de valores por fundamentales genera grandes oportunidades que solo se pueden aprovechar mediante una gestión activa. A largo plazo el valor añadido de las carteras se crea no solo de la selección de buenas compañías, sino también evitando aquellas que están mal gestionadas.
Dicho esto, si usted tiene claros los 5 puntos anteriores puede estar tranquilo respecto a sus inversiones y abordar con calma y confianza estos momentos de estrés de mercado.