Con los datos de empleo por delante, el mercado se enfoca en dilucidar cuando es que se conocerá un recorte en el programa de bonos, o el tan famoso "tapering" como es conocido entre los inversionistas. Después de la reunión Fed llevada a cabo el pasado 29 de julio, el mercado comenzó a especular acerca de un posible retraso en las expectativas iniciales por conocer los primeros acercamientos del ente rector a un cambio en su hoja de ruta, los que se señalaban para el mes de agosto durante el simposio anual de Jackson Hole, para posteriormente poner en practica durante la reunión de septiembre, sin embargo, el tono más laxo de la Fed parece retrasar las expectativas generales del mercado apuntando a los meses de diciembre/2021 y enero/2022 para llevar a cabo los ajustes que requiera la política monetaria de Estados Unidos.
En una reciente declaración de unos de los miembros Fed, Waller, indicó la posibilidad de llevar a cabo un tapering a partir de septiembre para ser implementado durante la reunión de octubre, lo que contrasta con el espíritu laxo que proponen las palabras de James Bullard, miembro Fed sin voto, que es más cauteloso a la hora de hablar de un posible retiro de estímulos, pero ambos señalando que una posible normalización monetaria estaría sujeta a la recuperación del empleo, proceso que según ellos debiese a ser más rápido de lo que se espera.
El dólar continúa perdiendo terreno frente a sus rivales a la espera de la publicación de los datos de empleo de este viernes. Hemos visto como el dólar a perdido terreno desde la comparecencia de Powell frente al mercado, y muy por sobre todo las desalentadoras cifras reportadas para Estados Unidos el último tiempo, las que dan cuenta de un escenario de recuperación más lento al proyectado a inicios de año y que parece resultar más extenso, lo que puede conllevar otros daños o efectos perjudiciales para la economía.
Tras conocer débiles datos en la economía china al iniciar la semana, los que dan cuenta de una desaceleración transitoria en su proceso de recuperación durante el mes de julio, muy probablemente producto de las inundaciones que afectaron a varias regiones del país junto al aumento en los casos COVID19 donde prevalece la variante DELTA, las materias primas presentan una jornada negativa condicionadas por las expectativas de demanda mundial, la que sucumbe no tan solo a las señales negativas que entrega China a corto plazo, sino que el avance de las nuevas variantes en economías desarrolladas, obligando a retrasar los pronósticos de demanda que se tenían para fines del presente año.
El Bitcoin vuelve a consolidar valores por debajo de $40.000 dólares luego del impulso alcista que experimentase las últimas 2 semanas de julio. El tono de mediano plazo vuelve a ser lateral para la criptomoneda reina, sin embargo, volvemos a barajar la posibilidad de revisar un escenario bajista por debajo de $30.000 dólares.
Gráfico 1D - Nikkei
Con una perspectiva bajista se señala el selectivo Japonés, el que cotiza en torno a una extensa franja de soporte que ha considerado desde enero del presente año a la fecha, logrando sostener el ánimo entre los inversionistas por ver una recuperación económica favorable y expedita para la economía asiática.
En gráfico diario parece que el escenario bajista es muy posible, sobre todo si consideramos el ambiente de dudas que señala la variante Delta, la que amenaza con disminuir el proceso de reapertura económica en las principales ciudades del mundo, no obstante, en gráfico semanal, la EMA50 parece actuar como un soporte inmediato, defendiendo todo escenario alcista que dibuja desde el año 2020 a la fecha.