A principios de esta tarde, el Banco de Inglaterra dará a conocer su tasa clave, que debería permanecer sin cambios en el 0,25%. Los mercados estiman que las tasas sólo aumentarían a principios de 2018.
Por el momento, el banco central británico está disfrutando en gran medida de una libra débil en la estela de los votos Brexit. El colapso económico previsto después del referéndum no se ha materializado y los datos fundamentales son correctos. La inflación está en el 2,6%, el crecimiento en el 1,7% (anualizado) y la tasa de desempleo sigue disminuyendo, ahora en el 4,5%.
La libra está cada vez más fuerte frente al dólar, pero se está debilitando frente a la moneda única. De hecho, Trump no pudo cumplir lo que prometió y la Reserva Federal tiene temor de aumentar las tasas. Con respecto al BCE, los mercados estiman que la divergencia política monetaria entre los EE.UU. y la zona euro ahora debería reducirse y que las autoridades europeas deberían aumentar las tasas en la última parte de este año. Los niveles actuales de la libra todavía están proporcionando al Banco de Inglaterra una ventana de oportunidad para aumentar las tasas e impulsar el crecimiento.
Además, el Banco de Inglaterra sigue apuntando a 435 mil millones de libras en su programa de compra de activos y pronto podría ser el momento para reducir el flujo de liquidez que el Banco de Inglaterra inyecta en el mercado. Por ahora, la cantidad inyectada ha sido de 375 mil millones de libras -alrededor del 25% del PIB anual del Reino Unido-. El desarrollo económico actual puede ser sin duda un gran momento para que la institución británica se mueva hacia una normalización de la política monetaria.