Ayer los inversores optaron por ver el “vaso medio lleno”, dando así mayor relevancia al final de la incertidumbre política en Alemania, país que tendrá Gobierno a mediados de mes, que al “esperado” resultado no concluyente de las elecciones generales italianas. Así, como esperábamos, y tras un inicio de sesión algo titubeante, los principales índices bursátiles europeos se pusieron en positivo, yendo a más a medida que avanzaba la sesión y cerrando con importantes avances.
De esta tónica generalizada se desmarcó el mercado italiano, en el que especialmente el sector bancario se convirtió en un lastre para los índices. Si bien el resultado electoral, con un “parlamento colgado”, era el esperado, la mayor sorpresa fue el avance de los partidos considerados “antisistema”, tanto por la derecha como por la izquierda, que se hicieron con más del 50% de los votos, lo que va a hacer muy complicado que Italia avance en las reformas estructurales que necesita esa economía, sobre todo teniendo en cuenta “las promesas” electorales, nada realistas, en las que estos partidos han basado sus campañas.
Italia, por lo tanto, se convierte a partir de ahora en un nuevo “dolor de muelas” para la Unión Europea, especialmente dado el tamaño de su economía y el nivel de endeudamiento que soporta, el más alto de la región en términos relativos a su PIB. Así, y a partir de ahora, las complejas negociaciones para la formación de un nuevo Gobierno serán seguidas muy de cerca por los inversores e influirán tanto en el comportamiento de la bolsa como en el de la renta fija italianas, siendo factible que en algún momento, no creemos que en el corto plazo, genere cierta tensión en los mercados de la zona euro, especialmente en los periféricos.
Pero todo eso pasó ayer bastante desapercibido, en parte por estar ya descontado el resultado, y en parte porque el acuerdo definitivo para la reedición de la “gran coalición” de Gobierno en Alemania es sustancialmente más relevante, al devolver la estabilidad política a la mayor economía de la región, básicamente al motor de la misma. Unas nuevas elecciones generales en Alemania podrían haber tenido un impacto muy negativo en el crecimiento económico del país y en el de la zona euro en su conjunto. De hecho, los últimos indicadores adelantados, especialmente los de confianza de inversores, empresas y consumidores, ya reflejaban la preocupación de estos colectivos al respecto.
Otro factor que sirvió ayer de apoyo a los mercados de renta variable europeos fue el hecho de que Wall Street se girara al alza, tras un inicio de sesión negativo, en el que el “tema de las tarifas” que pretende implementar la Administración estadounidense al acero y al aluminio importado siguió pesando en el ánimo de los inversores.
Sin embargo, el rechazo a este tipo de medidas por parte de los líderes republicanos en el Congreso y algún comentario del presidente Trump mostrando cierta “flexibilidad” al respecto, fue todo lo que necesitaban los inversores para volver a apostar claramente por la renta variable, obviando, por otro lado, el repunte de los tipos de interés a largo, factor que en las últimas semanas había tenido siempre un impacto negativo en el comportamiento de las bolsas estadounidenses.
Al cierre, los principales índices bursátiles de Wall Street mostraron avances superiores al 1%, rompiendo de esta forma el Dow Jones una racha de cuatro sesiones a la baja. Valores como Boeing (NYSE:BA) o Caterpillar (NYSE:CAT) que habían sido los más penalizados por el tema de las tarifas al ser grandes demandantes de acero y aluminio, fueron ayer unos de los valores más destacados, al recuperar gran parte de lo cedido en las últimas sesiones.
Centrándonos ya en la sesión de hoy, señalar que esperamos una apertura alcista de las bolsas europeas, animadas por el hecho de que el Congreso estadounidense, controlado por el partido Republicano, se muestra dispuesto, de ser necesario, a legislar en contra de la implantación de las tarifas arancelarias anunciadas por Trump. Sectores como el del automóvil, que ha sido uno de los más penalizados por este tema, o el del acero, deberían celebrar con alzas este hecho.
Por lo demás, destacar que la agenda macro es hoy muy ligera, como también lo es la empresarial, ya que la temporada de publicación de resultados trimestrales está llegando a su fin tanto en Wall Street como en Europa. En este sentido, señalar que en conjunto las cifras publicadas por las cotizadas han sido más positivas de lo esperado, especialmente en EE.UU. donde la temporada puede calificarse de sobresaliente.
Además, el entorno macro al que se enfrentan las compañías es muy positivo, lo que debe favorecer la mejora de sus cifras en los próximos trimestres, algo que entendemos terminará reflejándose en sus valoraciones. Por tanto, escenario globalmente positivo para la renta variable, siempre y cuando “la política” no “haga de las suyas” y termine por convertirse en un lastre para los mercados como ya lo ha sido en otras ocasiones.