En vísperas del inicio “formal” de la “guerra de tarifas” entre EE.UU. y China, los inversores optaron ayer por ver el vaso medio lleno y aprovecharon los recientes recortes en muchos valores para tomar posiciones. El ejemplo más claro fue el gran comportamiento que tuvieron ayer los valores europeos del sector del automóvil, que en las últimas semanas habían sido duramente penalizados al ser este uno de los sectores más expuestos al incremento de los aranceles (el presidente de EE.UU., Donald Trump, llegó a decir recientemente que era su principal arma disuasoria).
En este sentido, recordar que hace un par de semanas comentamos que el embajador de EE.UU. en Alemania iba a trasladar una oferta de los fabricantes de automóviles alemanes al presidente Trump, en la que éstos abogaban por un mercado sin aranceles. Ayer un diario alemán retomó este tema, indicando que Trump había “recogido el guante” y que suspendería las amenazas de imponer nuevos y más altos aranceles a los vehículos importados desde la Unión Europea (UE) si el bloque levanta las tarifas sobre los coches estadounidenses. En este sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, también se mostró favorable a reducir los aranceles que soportan los automóviles estadounidenses en Europa, aunque dijo que era una decisión que debía ser consensuada por la UE en su conjunto.
Así, esta noticia provocó que, tras un inicio de sesión ligeramente a la baja, los principales índices bursátiles europeos giraran al alza, liderados por el sector del automóvil y de piezas de automóvil, el cual acabó la jornada con un alza del 3,4%. Otros dos sectores que recientemente habían sido penalizados por la “guerra comercial”, el de las materias primas minerales y el tecnológico, éste último más recientemente, también rebotaron con fuerza.
Al cierre, los índices europeos terminaron con importantes avances, avances que también vinieron favorecidos por el inesperado repunte en mayo de los pedidos de fábrica alemanes, los cuales llevaban meses descendiendo. Este hecho puede suponer un punto de inflexión, algo que habrá de confirmar hoy la publicación de la producción industrial alemana del mismo mes, una de las cifras macro más relevantes que conoceremos a lo largo de la sesión.
En Wall Street, y tras la celebración en EE.UU. del Día de la Independencia, que mantuvo las bolsas cerradas el pasado miércoles, los inversores “volvieron con ganas” y, aprovechando el rebote experimentado por los mercados europeos, optaron también por incrementar sus posiciones de riesgo en renta variable, obviando el hecho de que hoy entra en vigor la primera batería de gravámenes estadounidenses a las importaciones chinas (a importaciones por importe de 34.000 millones de dólares), tarifas que serán inmediatamente replicadas por China, a un importe similar de importaciones estadounidenses.
En este sentido, señalar que ayer en las actas de la última reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) se pudo comprobar la preocupación de los miembros del mencionado comité al impacto de estas tarifas, sobre todo en lo que hace referencia a la inversión empresarial, ya que en sus encuestas algunas compañías afirmaban haber retrasado inversiones como consecuencia de la incertidumbre que está generando este tema. Cabe señalar que al cierre los principales índices de Wall Street presentaron ayer fuerte subidas, liderados nuevamente por el sector tecnológico, el cual había sido duramente castigado por los inversores el pasado martes, como analizamos en su día.
Hoy, y en principio, esperamos que las bolsas europeas mantengan el buen tono mostrado ayer, con los inversores dejando de momento de lado las “batallitas” de aranceles (en principio el impacto en la economía de las que hoy entran en vigor en EE.UU. y China se estima muy limitado). Por otra parte, señalar que la sesión será intensa en lo que a la publicación de cifras macro hace referencia, destacando por la mañana, como ya hemos señalado, la publicación en Alemania de la producción industrial del mes de mayo, y por la tarde, ya en EE.UU., de las cifras de empleo de junio.
Decir que lo más relevante, de cara a un posible rebote no deseado de la inflación, será comprobar cómo han evolucionado los salarios tanto en términos mensuales como en tasa interanual. Así, y de superar el crecimiento de los mismos lo esperado por los analistas, el mercado comenzará a descontar una cuarta alza de tipos oficiales en 2018, algo a lo que todavía se muestra reacio. Ello provocaría un refortalecimiento del dólar y un repunte de las rentabilidades de los bonos a largo en este mercado, penalizando a su vez el comportamiento de los valores de corte más defensivo, que tienen en el dividendo su principal atractivo. No obstante, no creemos que en estos momentos ello vaya a tener un impacto grande en la renta variable.