Tal y como era de esperar, la crisis turca condicionó AYER el comportamiento de los mercados de valores mundiales, llevando a los principales índices europeos y estadounidenses a cerrar en negativo, aunque lejos de los niveles mínimos del día. Desde el comienzo de la jornada los inversores mostraron su escepticismo respecto a la capacidad de las medidas anunciadas por el banco central de Turquía para revertir la situación. Así, la máxima autoridad monetaria turca se comprometió a proporcionar liquidez a las entidades de crédito del país en la medida que fuera necesario, así como a reducir los coeficientes de reservas obligatorias de las mismas. Sin embargo, no habló de la posibilidad de incrementar los tipos de interés oficiales, que es algo a lo que se opone frontalmente el presidente turco, Erdogan, y que es lo que los mercados están demandando.
A lo largo del día hubo rumores, luego desmentidos, de que el Gobierno turco había accedido a la petición del Gobierno de EE.UU. de liberar al pastor protestante estadounidense, Andrew Brunson, rumores que fueron desmentidos tras la infructuosa reunión que mantuvo el embajador turco en EE.UU. con autoridades estadounidenses. No obstante, los inversores reaccionaron positivamente a los mencionados rumores, como si la liberación del pastor fuera “la panacea” que fuera a arreglar los problemas de la economía turca, economía que está afrontando desde comienzos de año la revalorización del dólar con sus empresas muy endeudadas en esta divisa y con unas reservas de divisas muy reducidas. Así, si bien desde comienzos del mes la lira turca ha cedido el 29% frente a la divisa estadounidense (ayer volvió a perder casi un 7% frente al dólar), en lo que va de año ya lo ha hecho más del 40%, lo que dificulta en gran medida la capacidad de las empresas del país de hacer frente a sus deudas en divisas extranjeras.
La gran duda que se plantean los inversores en estos momentos es si la crisis turca es un hecho aislado o, por el contrario, se puede extender a otras economías en vías de desarrollo (emergentes) y provocar una crisis similar a la de finales de los años 90. Creemos que es pronto para sacar conclusiones, aunque en los últimos días sí se ha podido apreciar la huida de inversores de ciertas economías emergentes, lo que ha conllevado el consiguiente castigo a sus divisas -se han registrado fuertes caídas en el rublo ruso, en el rand sudafricano, en el peso mejicano y en la rupia india-. Como dijimos AYER, el mayor problema que afronta Turquía es la falta de independencia de las autoridades monetarias del país, muy condicionadas por el poder político, cada vez más absoluto, del presidente Erdogan. Veremos a ver en qué acaba todo. A corto plazo, los valores más expuestos a estas economías serán castigados, siendo el sector bancario europeo uno de los más penalizados por la elevada exposición de algunas de sus entidades -recordar que las más expuestas a Turquía son el banco español BBVA (MC:BBVA), el francés BNP Paribas (PA:BNPP), el italiano Unicredito y el holandés ING-.
Por lo demás, comentar que en la jornada de AYER la agenda macro fue muy limitada, mientras que tampoco hubo publicaciones de resultados trimestrales relevantes ni en Europa ni en EE.UU. HOY la situación cambia radicalmente, con una agenda macro cargada de datos, entre los que destacaríamos la publicación en la Zona Euro y Alemania de la segunda estimación del PIB del 2T2018, así como de las lecturas finales de julio de los IPCs de Francia, Alemania y España, datos de los que no esperamos sorpresas por lo que su impacto en el comportamiento de las bolsas será reducido. Además, y en Alemania, se publican los siempre relevantes índices ZEW, correspondientes al mes de agosto, que miden la percepción que tienen los grandes inversores y los analistas sobre el devenir de la economía alemana. Estos indicadores, que se espera moderen sus recientes caídas, sí podrían tener un impacto en los mercados de desviarse mucho sus lecturas de lo esperado por los analistas.
En cuanto a la temporada de publicación de resultados, señalar que mientras que ésta está casi “agonizando” en EE.UU. -HOY solo cabe destacar la publicación de los de Home Depot-, en Europa durante la sesión continuará el reguero de cifras empresariales, con empresas como las alemanas Bilfinger (DE:GBFG), K + S, Nordex (DE:NDXG) -competencia de Siemens Gamesa (MC:GAM) (SGRE) y participada por Acciona (MC:ANA (T:9202))- y RWE (DE:RWEG_p) dando a conocer sus datos trimestrales.
Señalar, por último, que AYER los inversores volvieron a mostrar cierta inquietud respecto a la situación política por la que atraviesa Italia, lo que se reflejó en una caída del precio de sus bonos soberanos y en el consiguiente repunte de sus rentabilidades y de la prima de riesgo del país. De este movimiento no salieron indemnes los bonos españoles que, por “simpatía” con los italianos, también fueron AYER castigados. Este tema, la situación política italiana, sí creemos que puede ser un problema a medio plazo para los mercados financieros europeos y el euro, sobre todo por las continuas contradicciones que en materia de política económica y fiscal se están generando en el seno del nuevo gobierno italiano.
Para empezar la sesión, apostamos por una apertura de las bolsas europeas ligeramente al alza, aunque creemos que el actual entorno de mercado no va a permitir una reacción de las mismas de mucho recorrido, al menos hasta que no se observe cierta estabilización de la divisa turca, algo que podría producirse si finalmente el banco central del país decide, con el beneplácito político, actuar y subir los tipos de interés oficiales.