Con la “crisis italiana” aparcada de momento y la “guerra comercial” entre EE.UU. y China enquistada, pero “olvidada” por los inversores, éstos encontraron AYER un nuevo motivo de preocupación: el fuerte repunte de las rentabilidades de los bonos estadounidenses. Hace unos días en este mismo comentario destacábamos como la rentabilidad del bono 10 años estadounidense se había situado holgadamente por encima del 3%, nivel que en anteriores ocasiones había generado tensión en las bolsas, sin que los inversores se hubieran mostrado preocupados por el tema, centrados como estaban en otros factores, concretamente en las tensiones generadas por la nueva política comercial estadounidense, la crisis de algunas divisas emergentes y, más recientemente, en la irresponsabilidad mostrada por el gobierno populista italiano. Sin embargo, el fuerte repunte experimentado por la rentabilidad de los activos mencionados el pasado miércoles ha bastado para “poner partas arriba” a todas las bolsas mundiales, cuyos principales índices sufrieron AYER un duro castigo.
Que suban las rentabilidades de los bonos estadounidenses en un escenario de fuerte crecimiento y de repunte de la inflación, variable que, no obstante, sigue bajo aparente control, no debería extrañar a nadie. Es más, en los últimos días la curva de tipos estadounidense se ha inclinado sensiblemente, lo que indica que los inversores descartan por el momento la llegada de una recesión. Es por ello, que, si nos atenemos únicamente a esta lectura de los hechos, la reacción de AYER de las bolsas mundiales fue exagerada y no debería continuar. El problema es que el repunte de las rentabilidades de los bonos del Tesoro de EE.UU. fue acompañado de una fuerte apreciación de la divisa estadounidense respecto a las principales monedas mundiales, factor que amenaza nuevamente con impactar de forma muy negativa en las economías emergentes que mantienen un elevado endeudamiento en dólares. De hecho, AYER muchas de las divisas de estos países volvieron a sufrir fuerte caídas, lastrando a los valores europeos y estadounidenses que presentan una elevada exposición a estos países.
Este nuevo escenario, que ha pillado por sorpresa a muchos inversores, propició AYER una huida de muchos de ellos de sus posiciones de riesgo y los llevó a cerrar posiciones en renta variable. Tampoco los bonos salieron bien parados, con la rentabilidad de los mismos también repuntando en Europa -la del 10 meses alemán se situó a su nivel más alto en más de cuatro meses-. Destacar que el precio del petróleo, tras días de fuertes repuntes, fue AYER un “damnificado” más, con muchos inversores optando por tomar beneficios. Por su parte, la volatilidad se disparó en las bolsas, variable que en los últimos meses se había mantenido muy contenida.
Por sectores, destacar que los que mejor se comportaron AYER fueron los de seguros y el bancario, mientras que en Europa destacó la caída de los valores relacionados con el lujo, tras filtrarse que China tenía previsto imponer nuevos controles aduaneros para los ciudadanos que adquirieran este tipo de bienes fuera del país, mientras que en Wall Street fue el sector tecnológico el más castigado. El artículo de la agencia Bloomberg en el que se indicaba que China había instalado un microchip en algunos componentes de productos tecnológicos estadounidenses con propósitos de espionaje, aunque negado por compañías como Apple (NASDAQ:AAPL) o Amazon (NASDAQ:AMZN), propició la venta masiva de este tipo de valores durante la jornada.
HOY, en principio, esperamos una apertura entre plana y/o ligeramente al alza de los principales índices europeos en una sesión en la que la atención de los inversores la monopolizará la publicación esta tarde en EEUU de los datos de empleo no agrícola, correspondientes al mes de septiembre -ver estimaciones en cuadro adjunto-. Si las cifras de creación de empleo superan con creces lo esperado, el temor de que esta economía se sobrecaliente va a provocar una nueva caída de los bonos y el consiguiente repunte de sus rentabilidades y nuevos descensos en la renta variable occidental. Habrá que estar igualmente muy atentos a la evolución del salario medio por hora en el citado mes. Un repunte del mismo por encima de lo esperado provocaría en los distintos mercados financieros efectos similares a los descritos dado el elevado componente inflacionista de esta variable.
Por lo demás, señalar que habrá que seguir también de cerca el “tema italiano”, ya que, a pesar de que el Gobierno del país reafirmó AYER su intención de reducir el déficit público en los próximos dos años, el 2,4% establecido para el ejercicio 2019 sigue sin convencer a la Comisión Europea (CE), que se muestra, además, escéptica en relación a la evolución de los ingresos contemplados en el presupuesto para dicho ejercicio. Por tanto, prevemos que la tensión entre el Gobierno populista italiano y la CE como consecuencia de sus planes fiscales va a seguir todavía por un tiempo “dando titulares” y afectando a los mercados financieros de la región.