AYER asistimos a una nueva sesión de recortes en las bolsas europeas y estadounidenses, mientras que los bonos soberanos continuaban con su “rally particular”, con los inversores descontando que todos los factores de riesgo e incertidumbre a la que se están enfrentando los mercados acabarán teniendo un impacto negativo en el crecimiento económico de ambas regiones, así como en el crecimiento económico global.
Así, la falta de avances en el conflicto comercial entre EE.UU. y China, en el que, en lugar de intentos de aproximación, las partes están utilizando una fuerte retórica -desde China se está amenazando con utilizar como arma en el conflicto su posición dominante en la producción de una serie de metales raros que se utilizan en la fabricación de componentes electrónicos-, está siendo interpretada por los inversores como una demostración de fuerza que aleja cada vez más la posibilidad de que se retomen en el corto plazo las negociaciones y se cierre un acuerdo comercial. Insistimos en que de momento el impacto directo de las tarifas impuestas por ambas partes en el crecimiento económico es marginal y que el mayor riesgo es el efecto negativo que está teniendo el conflicto en la confianza de las empresas y de los consumidores, retrasando sus decisiones de inversión y compra.
Además, en lo que hace referencia al Brexit, las noticias que llegan desde el Reino Unido no son muy halagüeñas, ya que los máximos candidatos a sustituir a Theresa May al frente del partido Conservador y, por tanto, al frente del gobierno británico, siguen reiterando su intención de abandonar la UE el 31 de octubre, incluso si no hay un acuerdo. Un Brexit desordenado preocupa y mucho a las empresas tanto británicas como del resto de Europa, y puede ser un factor disruptivo que termine teniendo un impacto muy negativo en el crecimiento de estas economías. En sentido contrario, señalar que AYER el líder del partido Laborista, Jeremy Corbyn, tras el duro correctivo que ha recibido su formación en las recientes elecciones locales y europeas, cambió su discurso, abogando ahora por que cualquier decisión sobre la salida del Reino Unido de la UE deberá ser refrendada en un nuevo referéndum, lo que abre las puertas a un “no Brexit” dado que las encuestas muestran que en estos momentos los partidarios de permanecer en la UE son mayoría en el país.
Por último, destacar el impacto negativo que está teniendo en los mercados de valores europeos y en el euro el nuevo conflicto entre la Comisión Europea (CE) y el Gobierno populista de Italia por no haber adoptado este último las medidas necesarias para contener el déficit público, lo que conllevará un nuevo incremento de la deuda pública italiana, cuyo peso podría superar en dos años el 135% del PIB. La postura del político más poderoso de Italia en estos momentos, el vicepresidente del Gobierno y líder de la Liga, Salvini, no invita a ser optimistas, ya que sus proclamas populistas han ido in crescendo en los últimos días, tras su holgada victoria en las pasadas elecciones europeas. Este tema parece que va a enquistarse aún más si, finalmente, la Comisión Europea (CE) opta, como todo apunta que va a ocurrir, por sancionar a Italia.
Por tanto, el escenario al que se enfrentan los inversores no puede ser más complejo en el corto plazo, por lo que éstos están optando claramente por refugiarse en activos de corte defensivo. El reciente rally de los bonos, y la consiguiente caída de sus rentabilidades hasta mínimos multianuales, viene a demostrar la falta de confianza de los inversores en el futuro inmediato de las principales economías occidentales. Hasta qué punto esta reacción es o no desproporcionada se irá viendo a medida que se vayan publicando en las próximas semanas datos macro que confirmen que se está produciendo o no una nueva desaceleración del crecimiento económico en las principales economías desarrolladas. En este sentido, señalar que las reuniones que celebrarán a principios del mes de junio los principales bancos centrales adquieren en estos momentos gran relevancia, primero porque servirán para conocer la opinión de los mismos sobre el estado de estas economías y sus expectativas sobre el devenir de las mismas y, en segundo lugar, porque darán constancia de sus intenciones, es decir, si están o no dispuestos a intervenir en caso de ser necesario. Hasta entonces, los inversores van a seguir actuando con mucha cautela y la volatilidad en las bolsas va a ser una constante. Únicamente una aproximación entre EEUU y China que abra las puertas a un retorno a la mesa de negociaciones podría tranquilizar el ánimo de los inversores.
HOY, y para empezar, esperamos que las bolsas europeas abran entre planas o ligeramente al alza, con los inversores a la espera de acontecimientos, en una sesión que presenta una agenda macro relativamente ligera, en la que destacaríamos la publicación en España de la lectura preliminar de la inflación de mayo y en EE.UU. de la segunda lectura del PIB del 1T2019, que se espera muestre un crecimiento algo más moderado que la primera (los analistas proyectan ahora un crecimiento del 3,0% frente al 3,2% de la primera estimación del dato). No descartamos, no obstante, que cualquier declaración sobre el conflicto comercial entre EE.UU. y China, el brexit, o el enfrentamiento entre la Comisión Europea (CE) e Italia pueda mover los mercados en un sentido u otro.