Las bolsas europeas y estadounidenses se tomaron AYER un respiro, cerrando los principales índices con fuertes alzas, con los inversores “celebrando” de esta forma las medidas fiscales que, poco a poco, van anunciando los distintos gobiernos, medidas que incluyen desde líneas de crédito directas a empresas cuya actividad se ha visto alterada por las medidas para contener la expansión del Covid-19, a exenciones o retrasos de pagos de hipotecas, facturas de electricidad, gas y agua a los ciudadanos que han perdido sus trabajos o que han visto reducir sensiblemente sus ingresos, y hasta pagos directos a la población, lo que se conoce como “el helicóptero de dinero”.
Así, y además de las medidas de política monetaria de corte extraordinario que están anunciando los principales bancos centrales con el objetivo de asegurar en todo momento la liquidez del sistema, los distintos gobiernos están poniendo las bases para que impedir que la brusca caída de la actividad que se espera tenga lugar en los próximos dos o tres meses, tenga un impacto devastador en las economías de los países afectados.
No obstante, estas políticas fiscales agresivas están pasando factura a los mercados de bonos, los cuales llevan dos días experimentando fuertes caídas, caídas de las que AYER no se salvaron ni los bonos del Tesoro estadounidenses ni los bonos alemanes. Sin embargo, están siendo los bonos soberanos de los países más débiles desde el punto de vista fiscal, concretamente los de la periferia del euro como Grecia, Italia, Portugal o España, los que están siendo más duramente castigados, lo que ha provocado que en los últimos días sus rentabilidades se hayan disparado al alza, así como las primas de riesgo de estos países, lo que conllevará en un futuro el encarecimiento de la financiación tanto de los estados como de las compañías que acudan al mercado a emitir deuda.
Es evidente que la crisis económica que se espera provoque la crisis sanitaria va a pasar factura a muchos países desde el punto de vista fiscal, elevando drásticamente sus déficits públicos y su endeudamiento -Francia anunció AYER que espera que su déficit público se sitúe este año cerca del 4%-. En este sentido, señalar que, tras conocer los paquetes fiscales anunciados por los gobiernos de Italia, Francia y España, entre otros, vemos insuficiente el actual programa de compra de bonos que mantiene abierto el BCE, institución que tendrá que hacer algo más en este sentido si no quiere arriesgarse a una nueva crisis de deuda en la región, derivada de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus chino.
Entendemos que este tema y la falta de visibilidad en lo que hace referencia al escenario económico una vez superada la pandemia, seguirá pesando en el ánimo de los inversores. Noticias como el repunte de casos en países como Singapur, Taiwán o Hong Kong, donde se había controlado la propagación del virus de forma muy eficiente -estos países están viendo un incremento de nuevos casos importados por viajeros que vuelven al país, en muchos casos procedentes de Europa, algo parecido a lo que está ocurriendo en China, aunque en este país de forma muy leve-, no ayudan a apuntalar la confianza de los inversores.
Así, y tras días de fuertes alzas como la de AYER, en las que el componente técnico también tuvo mucho que ver, se retomarán las caídas, como esperamos que ocurra HOY, al menos hasta que la volatilidad, que se encuentra muy cerca de máximos históricos, no comience a remitir. Mercado, por tanto, que continuará muy complejo y en el que hay que actuar con mucha prudencia si uno no quiere volver a quedarse “enganchado” en uno de los mencionados rebotes. Habrá que esperar a comprobar cómo de eficientes son las medidas drásticas adoptadas por los distintos países para la contención de la epidemia para poder determinar la duración de la misma y empezar a calcular el daño económico que puede llegar a provocar a medio/largo plazo.