AYER asistimos en las bolsas europeas y estadounidenses a una de las sesiones más positivas en muchos años, con los principales índices cerrando la jornada con alzas que rondaron en muchos casos el 10%. Es más, el Dow Jones, que terminó el día con una revalorización del 11,4%, experimentó su mayor alza en un solo día desde 1933, cuando la economía estadounidense atravesaba por una profunda depresión y el desempleo se elevaba al 30%.
AYER fueron los valores de los sectores más castigados durante la reciente crisis bursátil, tales como los de la energía, los del turismo, los de las materias primas minerales, las aseguradoras, los bancos y los valores industriales, entre ellos los del sector del automóvil, los que experimentaron las alzas más relevantes, con algunas compañías recuperando en una sola jornada más del 20% de lo perdido.
En sentido contrario, y aunque también se revalorizaron, los valores de los sectores defensivos como los de consumo básico, los de sanidad, los de las compañías de utilidades, los de telecomunicaciones o los de alimentación, que habían aguantado algo mejor en las caídas, se quedaron AYER sensiblemente retrasados.
Detrás del fuerte rebote experimentado AYER por la renta variable occidental hay varios factores, muchos de ellos de tipo técnico y psicológico. Los mercados venían mostrando un elevado grado de sobreventa, mientras que muchos inversores estaban ansiosos de tomar posiciones en vista de las bajas valoraciones y de no perderse un potencial rally, lo que provocó en gran medida AYER la entrada de dinero en el mercado.
La principal “excusa”, y a falta de noticias positivas en relación a la contención del virus -en Italia y España, por ejemplo, la situación sigue siendo dramática-, fueron los avances “telegrafiados” durante toda la jornada por políticos demócratas y republicanos para lograr un acuerdo y aprobar en el Senado un proyecto de ley de apoyo a la economía para intentar reducir en lo posible el impacto de la crisis sanitaria en empresas y ciudadanos. El acuerdo ha sido alcanzado finalmente esta madrugada y destina 2 billones de dólares a “la causa”. También el hecho de que un día antes la Reserva Federal (Fed) se hubiera comprometido a comprar todos los bonos que fueran necesarios para dotar de liquidez al sistema, dio cierta tranquilidad a los inversores.
No obstante, debemos reiterar que, a día de HOY, la visibilidad sigue siendo muy reducida y valorar compañías en función de expectativas futuras de resultados, al menos en el corto/medio plazo, es muy difícil dado que desconocemos cuál va ser el escenario post crisis al que se van a tener que enfrentar. Además, y hasta que se vislumbre un giro sustancial en la crisis sanitaria, que comienza a afectar cada vez más a países en vías de desarrollo, con deficientes sistemas sanitarios, entendemos que la tensión seguirá presente en los mercados financieros mundiales.
Las noticias sobre cuándo comenzar a revertir las medidas draconianas que han parado la economía de muchos países, como se pudo observar AYER con la publicación de las lecturas preliminares de marzo de los PMI en la Zona Euro y EE.UU. -la caída de la actividad en marzo en relación a febrero fue en el sector servicios la mayor registrada en la historia de estos indicadores; ver análisis en sección de Economía y Mercados-, creemos que tardarán un tiempo en producirse, y ello a pesar de la intención del gobierno de EE.UU. de comenzar a levantarlas a partir de Semana Santa en los estados menos afectados por el virus -el problema al que se enfrenta la Administración Trump en ese sentido es que la potestad para ello está en manos de los gobernadores de los estados-.
Por tanto, y a pesar de que días como el de AYER son muy bien venidos en unas bolsas muy castigadas -las alzas experimentadas AYER por muchos índices son similares a las de un año bueno de mercado-, seguiríamos aconsejando actuar con prudencia y no ponernos nerviosos. Habrá muchas oportunidades de entrar a precios atractivos cuando la situación se vaya normalizando, por lo que intentar determinar si las bolsas han tocado o no fondo puede ser un error.
HOY, y para empezar, esperamos que los principales índices europeos abran ligeramente al alza, con los inversores digiriendo las alzas de AYER. La noticia de que finalmente se ha llegado a un acuerdo para la aprobación en el Senado estadounidense del plan de choque para combatir el impacto económico de la crisis sanitaria, noticia más que descontada AYER por los inversores, debería dar cierta tranquilidad a las bolsas, al menos al comienzo de la sesión. Por lo demás, comentar que MAÑANA se sabrá si los países de la Unión Europea (UE) son capaces de acordar conjuntamente medidas para apoyar a las economías de la región o, por el contrario, siguen amagando sin terminar de cerrar acuerdo alguno.
Por último, y en lo que hace referencia a la agenda macro, destacar la publicación en Alemania de los índices IFO de clima empresarial de marzo, que deben mostrar una fuerte caída en relación a febrero, así como de los pedidos de bienes duraderos de febrero en EE.UU. Como ya venimos advirtiendo, los indicadores adelantados de actividad y confianza, tanto empresariales como de los consumidores, así como las cifras macro van a verse fuertemente impactados por las medidas adoptadas para combatir el coronavirus de origen chino. Pasarán meses antes de que podamos observar cierta mejoría de los mismos. En nuestra opinión, a día de hoy lo que más preocupa a los inversores es “el después” y no “el ahora”, y ese “después” dependerá en gran medida de las actuaciones de los bancos centrales y de los gobiernos, algo que están intentando valorar los inversores en estos momentos, tarea nada fácil.