Semana que se presenta como de transición para los mercados de valores europeos y estadounidenses, y que estará condicionada por la celebración mañana de la festividad del 4 de Julio en EE.UU., lo que provocaría que mañana (T:9202) Wall Street, una de las principales referencias de las bolsas europeas en las últimas semanas, se mantenga cerrado y que hoy la sesión en este mercado termine 3 horas antes de lo habitual.
Además, muchos agentes del mismo han aprovechado la festividad de mañana para irse de vacaciones en lo que suele ser uno de los fines de semana largos con mayor número de desplazamientos de personas en el país. Así, y con la actividad de Wall Street bajo mínimos al comienzo de la semana, esperamos que las bolsas europeas se mantengan tranquilas, a la expectativa, siendo muy factible que intenten recuperar parte de lo cedido a finales de la semana pasada.
Por otro lado, señalar que el primer semestre del ejercicio ha acabado de forma positiva para las bolsas europeas, aunque hayan cerrado lejos de sus máximos anuales, con caídas desde estos niveles de entre un 5% y 7%. Aún así, el Euro Stoxx ha cerrando el periodo con un avance del 6,5%, que ha sido algo inferior para el Euro Stoxx 50 (+4,6%). Entre los índices nacionales, cabe destacar el comportamiento del Ibex-35, que ha destacado entre los principales índices de la región con una ganancia del 11,7%, aunque se ha dejado más del 6% desde sus máximos anuales.
Le siguen de lejos el Dax alemán (+7,4%; -4,4% desde máximos) y el FTSE Mib italiano (+7,0%; -5,5% desde máximos). Llama la atención el peor comportamiento relativo de la bolsa francesa cuando ha sido precisamente la estabilidad política que se ha alcanzado en este país tras las elecciones presidenciales lo que más ha animado a los mercados de valores de la Europa continental. Así, el CAC 40 se ha quedado ligeramente rezagado con un avance en el semestre del 5,3%, habiendo cedido desde máximos casi un 6%.
Habría que analizar precisamente el por qué de estas caídas de los índices europeos desde sus niveles máximos, sobre todo teniendo en cuenta que el escenario político, aunque lejos de ser idílico en países como Italia o la propia España, donde la amenaza secesionista todavía no ha sido tenida en cuenta demasiado en serio por los inversores, ha mejorado sustancialmente tras haberse superado pruebas complicadas con las elecciones holandesas y las ya mencionadas francesas, y haberse descartado casi definitivamente el adelanto de las elecciones generales en Italia.
Además, el escenario macroeconómico pinta cada vez mejor en la región, siendo factible que, si no sucede nada extraño, la economía europea haya entrado en una fase de expansión moderada que puede durar varios años y gracias a la cual una de las principales consecuencias de la crisis, el elevado desempleo, se va a poder corregir, ya se está haciendo, sustancialmente. En este positivo entorno los resultados empresariales deben seguir mejorando lo que, a la larga, se debe terminar reflejando en las valoraciones de las cotizadas. Por tanto, y si todos los factores que pesaron en 2016 sobre los mercados de valores europeos parecen haberse corregido, habría que achacar esta caída de los índices desde sus máximos anuales a otras razones.
En este sentido se nos ocurren unos cuantos factores que pueden estar pesando en el ánimo de los inversores: i) el miedo a que Wall Street, cuyos índices siguen coqueteando con sus máximos históricos, corrija con fuerza como consecuencia de las exigentes valoraciones que presentan muchas empresas cotizadas y de la inestabilidad política en el país que está haciendo casi imposible que la nueva Administración pueda implementar su agenda de medidas pro crecimiento; ii) el comienzo del fin de las políticas monetarias ultralaxas de los bancos centrales, cada vez más cerca a medida que se consolida el crecimiento económico; iii) los temores siempre latentes de que la economía de China termine por “explotar”, como consecuencia del elevado endeudamiento de muchas de sus compañías y de los ciudadanos; y iv) el reciente desplome del precio del crudo, que ya el año pasado provocó una corrección en los mercados de bonos de alto rendimiento y en los de valores, desplome que, de seguir, puede tener importantes derivadas negativas para el crecimiento económico mundial.
Siendo todos estos factores motivo de preocupación, no vemos que realmente vayan a ser una amenaza para que se trunque la tendencia alcista de fondo de las bolsas a medio plazo, sin descartar, no obstante, que más a corto se pueda producir una corrección en las bolsas europeas si los principales índices de Wall Street son incapaces de sostenerse en sus actuales niveles (sus caídas desde máximos son testimoniales de momento). Veríamos esta corrección, de producirse, como una nueva oportunidad de entrar en las bolsas europeas a precios más atractivos, siempre y cuando los fundamentales de la economía de la región no se vieran afectados.
Más a corto plazo, y en lo concerniente a la sesión de hoy, señalar que, como ya hemos dicho, esperamos que las bolsas europeas intenten rebotar tras el negativo cierre del pasado viernes. No obstante, los volúmenes de contratación serán reducidos ya que muchos inversores esperarán hasta el miércoles, día en el que se recuperará cien por cien la actividad en Wall Street.
Por lo demás, y en lo relativo a la agenda macro, señalar que hoy se publican en Europa y en EE.UU. los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas, índices que aunque son menos representativos del estado de las economías desarrolladas si se comparan con los de servicios, siempre son analizados en detalle por los inversores.
En la bolsa española, por otra parte, destaca el hecho de que hoy muchas compañías descuentan dividendo y otras tantas lo hacen efectivo, lo que siempre provoca movimientos en la cotización de las mismas. Por último, señalar que habrá que estar atentos al comportamiento de los bonos y al del precio del crudo, factores estos que han venido siendo referentes para la renta variable en las últimas semanas.