Los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron ayer a la baja lastrados por las fuertes caídas en los mercados de bonos. Un día más, el “miedo” de los inversores a que se “acabe la fiesta” de las políticas monetarias ultralaxas de los bancos centrales fue el detonante para que los bonos europeos, por la mañana, y los estadounidenses, por la tarde, sufrieran las ventas de los inversores, provocando el fuerte repunte de sus rentabilidades –el nivel alcanzado por la del 10 años alemán, que cerró la sesión en el 0,56% tras subir 9 puntos básicos, es el más elevado desde comienzos de 2016-.
En esta ocasión la “excusa” utilizada por los inversores fue la publicación de las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE. Señalar, no obstante, que ya antes de que se diera a conocer su contenido los bonos europeos estaban cediendo con fuerza, arrastrando tras de sí a los mercados de valores de la región, en los que ni los bancos en ese momento se “salvaban” a pesar de que un incremento de los tipos de interés a largo, que incline la curva de tipos, es, en principio, muy positivo para sus márgenes.
Así, los inversores parecían preparados para un mensaje “agresivo” sobre el comienzo de la retirada de estímulos de los miembros del Consejo, algo que, a pesar de la negativa reacción de los mercados de renta fija, no se produjo. Bien es cierto que un miembro del Consejo, probablemente alemán, contempló la posibilidad de retirar del comunicado la parte que hace mención a la posibilidad de incrementar el volumen de compras de activos en los mercados secundarios si era necesario, parte del comunicado que, a diferencia de la que hacía referencia a la posibilidad de bajar nuevamente los tipos, se mantuvo sin cambios. Pero eso es todo lo “novedoso” que aportaron las actas.
Dicho esto, reiteramos nuestra opinión de que antes o después el BCE comenzará a retirar sus políticas monetarias no convencionales, siempre y cuando la economía de la Zona Euro siga fortaleciéndose al ritmo que lo está haciendo en estos momentos. Pero eso no va a ocurrir a corto plazo ya que la debilidad de la inflación da un amplio margen al BCE para actuar.
Así, no esperamos que el Consejo comience a reducir el importe mensual de sus compras de bonos hasta comienzos de 2018, mientras que no vemos subidas de tipos hasta la segunda mitad de dicho ejercicio. Entendemos que en esta ocasión, y siempre que la inflación se lo permita, el BCE va a actuar con mucha prudencia tanto en el plano operativo como en el de la comunicación. Otra cosa es la reacción a corto de unos inversores “enganchados” a la liquidez que aportan los bancos centrales y muy dados a la sobrerreacción.
En este contexto, el único sector capaz de hacerlo medianamente bien fue el de la banca. Por el contrario, todos los ligados a los tipos de interés, que suelen tener un cariz defensivo, siguieron con su calvario particular, iniciado con el discurso del presidente del BCE, Mario Draghi, la semana pasada en la reunión de los bancos centrales que se celebró en Sintra (Portugal). Cabe resaltar el mal comportamiento de los valores relacionados con la construcción y las infraestructuras, que ayer fueron duramente castigados en todos los mercados europeos.
Creemos, como ya señalamos ayer, que a pesar de que en un escenario de mayor crecimiento e inflación los valores de corte defensivo no lo suelen hacer bien, las fuertes caídas de las cotizaciones de la mayoría de ellos en los últimos días hacen que sus rentabilidades por dividendo se estén disparando al alza, generando interesantes oportunidades de inversión a medio/largo plazo. No pensamos que sea todavía el momento de incrementar posiciones en este tipo de valores –antes los bonos deben estabilizarse e, incluso, recuperar algo del terreno perdido-, pero creemos que hay que seguir muy de cerca la evolución de valores como la alemana RWE (DE:RWEG_p) o las españolas Abertis (MC:ABE), Saeta Yield (MC:SAY), Red Eléctrica (MC:REE), Enagás (MC:ENAG) (ELE) o Iberdrola (MC:IBE).
En lo que hace referencia a la sesión de hoy, señalar que el comportamiento de los bonos soberanos seguirá siendo la principal referencia de unos mercados de valores que es factible que, si los primeros se estabilizan, intenten recuperar terreno. De seguir el castigo a los bonos serán los bancos los que mejor lo harán, mientras que los valores de dividendo seguirán sufriendo.
Por lo demás, la sesión presenta una agenda macro muy intensa, destacando la publicación por la mañana de las producciones industriales de mayo de Alemania, Francia, España y Reino Unido, y por la tarde de los datos de empleo de junio en EE.UU., datos de empleo que es posible que “defrauden”, al no alcanzar lo esperado por los analistas, ya que el mercado laboral estadounidense, muy próximo al pleno empleo, está haciendo muy difícil para muchas empresas el poder encontrar personal cualificado (ver estimaciones en cuadro adjunto).
Por otra parte, habrá que estar pendientes de la reunión del G20 en Alemania, aunque estemos acostumbrados a que la retórica utilizada por los políticos en este tipo de acontecimientos no suele acabar en nada. Para empezar, esperamos unas bolsas europeas ligeramente a la baja. Luego serán los bonos, como hemos señalado, los que “marquen el paso” a la renta variable por lo que habrá que tenerlos en “la pantalla”.
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