No hubo mucha celebración. Wall Street terminó prácticamente en tablas el día que celebraba su octavo aniversario como mercado “bull”, con un moderado sesgo al alza. Pero no hubo nada de euforia. Había tres razones para aplacarla: uno, que mañana se publica el dato de empleo de Estados Unidos; dos, que los precios del petróleo llevan dos días nefastos, cerrando hoy el WTI por primera vez por debajo de los 50 dólares; y tres, que el Banco Central Europeo (BCE), a la par que la Fed, ha endurecido su lenguaje ante las mayores presiones de precios y un crecimiento económico que presenta riesgos más equilibrados.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones se apreciaba un 0.01% para cerrar en los 20,858.19 pts mientras que el S&P’s 500 ganaba un 0.08% para concluir en los 2,364.87 pts. El Nasdaq lograba arrancar un 0.02% para acabar en los 5,838.81 pts. Así que un cierre de poca importancia, sin nada llamativo.
En efecto, mañana se publica el sumo dato de empleo para el mes de febrero. Este indicador es el de mayor potencial para mover al mercado. Antes de que se publique, el mercado descuenta que la Fed subirá las tasas en 25 pbs la semana que viene. Pero el mercado empieza a mirar más allá: si los datos siguen viniendo con una gran fortaleza, es posible que la Fed aumente también las tasas en su reunión de junio.
El consenso estima que la nómina crezca en 190,000, comparado con 227,000 en enero. Pero el riesgo, a juzgar por cómo vino el dato del pronóstico para la nómina privada de ADP, es que sorprenda con un número mayor. El ADP registró un aumento en la nómina de 298,000. Además de la nómina no agrícola, el mercado espera que la tasa de desempleo se reduzca de 4.8% a 4.7. Ahora bien, una de las variables más importantes a observar será el de las remuneraciones. En enero, inesperadamente crecieron menos de lo previsto y alivió a la Fed, que está muy pendiente de los salarios. Pero para febrero pueden repuntar: se estima un aumento del 0.3% comparado con 0.1% en enero. De ser así, la tasa anual se aceleraría a 2.8% frente a 2.5% en enero. Por tanto, el dato de mañana será fundamental, y explica en buena medida la cautela en la jornada de hoy.
El otro tema fundamental de la jornada de hoy fueron las materias primas, y más en específico, el petróleo. Ayer, tras publicarse el fuerte aumento de los inventarios, el precio del barril se despeñó un 5.0%. Pero hoy continuó la tendencia a la baja: el precio del WTI descendió un 1.2% y acabó por primera vez en el año por debajo de los 50 dólares, en 49.66 dólares. El Brent, asimismo, se redujo un 1.1% a los 52.54 dólares. Los esfuerzos de la OPEP por reducir la oferta pueden resultar vanos dado que Estados Unidos se ha apresurado a cubrir los barriles que la OPEP dejaba de producir conforme los precios del petróleo se elevaban. También bajó el oro (-0.8%), la plata (-1.9%) y el cobre (-0.8%).
Finalmente, el presidente del BCE, Mario Draghi, ofreció un tono más duro, aseguró que los riesgos sobre el crecimiento estaban más balanceados al tiempo que elevaba sus pronósticos de inflación, si bien mantuvo intacto su programa de estímulo monetario. Eso hizo que el euro se apreciara y llegara a irse por encima de los 1.06 dólares, si bien al cierre avanzaba un 0.3% hasta los 1.058 dólares. La tasa de 10 años en Alemania subió 6 pbs a 0.42%, la de Francia otros 6 pbs a 1.07%, y la de España 3 pbs a 1.81%. En Estados Unidos, en víspera del dato de empleo, también se presionó la tasa al alza, y aumentó 4 pbs a 2.60%.
Pero pese a las noticias, Wall Street se movió poco. Ni siquiera les alegró este aniversario “bull”, el octavo, lo que lo convierte en el segundo más largo de la historia. El S&P’s 500 ha ganado un 250%, lo que lo caracteriza como el tercero más potente. Nada de nada. Hoy no se movieron porque esperan al empleo de mañana. ¡Atentos!