La nueva plaga, desde hace algún tiempo en las proximidades del mercado, serán las OPAS de exclusión. "Accionistas mayoritarios o de referencia aprovecharán la pérdida de capitalización de sus empresas para comprarlas y sacarlas de Bolsa. No siempre hay juego limpio, más bien lo contrario. La teoría dice que las empresas realizan esta operación para que sus accionistas tengan la posibilidad de vender sus acciones a un precio adecuado, dada la notable pérdida que sufren al perder el carácter de valor cotizable o negociable en el mercado bursátil. La práctica, con frecuencia, es lo contrario. Un hito: El Tribunal Supremo determinará próximamente (cuatro años después) la validez de la opa de exclusión de Cementos Portland Valderrivas (MC:CPLN) por FCC (MC:FCC) a seis euros por acción aprobada por la CNMV en agosto de 2016. La Audiencia Nacional sentenció el año pasado que el informe con el que sustentó el precio estaba contaminado por conflictos de intereses. Lo elaboró Banco Santander (MC:SAN), que también financió la operación.
La exclusión de Bolsa de Portland todavía colea, pero pronto habrá una respuesta que dirima de una vez y para siempre el asunto. El Supremo aclarará si el precio al que la constructora la adquirió es el adecuado y si hubo conflictos de intereses en el informe del banco que preside Ana Botín, según un auto del alto tribunal. Además, establecerá si debe haber un ranking en los criterios a la hora de valorar una empresa en una opa y si la CNMV tiene potestad para exigir que se emplee uno en concreto.
Hace un año, la Audiencia Nacional ha anulado el precio fijado por FCC y aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para la opa de exclusión que lanzó en 2016 la constructora sobre Cementos Portland -6 euros-, al considerarlo no equitativo, e insta al supervisor a recalcularlo a 10,29 euros.
La Audiencia Nacional ha anulado el precio fijado por FCC y aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para la opa de exclusión que lanzó en 2016 la constructora sobre Cementos Portland -6 euros-, al considerarlo no equitativo, e insta al supervisor a recalcularlo a 10,29 euros.
Iñaki Torres, socio de Estudio de Comunicación, ha escrito un post en el que destaca que en el caso del mercado de valores español, hoy tenemos a diecinueve compañías cotizadas por debajo de 10.000 millones de capitalización bursátil. Es decir, son corporaciones a tiro de OPA, que podrían ser adquiridas sin demasiados problemas por un gran inversor internacional interesado en ello. Algunas de ellas, como Repsol (MC:REP) -la que más se acerca a los 10.000 millones de valoración-, ya tienen la mayoría de su capital en manos de inversores internacionales.
Pero parafraseando al presidente americano, más que preguntarse qué puede hacer mi país por mí, convendría preguntarse qué puede hacer la compañía para protegerse ella misma y no recurrir a argucias que el mercado castiga, como la socorrida petición de auxilio al Gobierno para limitar la capacidad de adquisición a inversores internacionales, que solo perjudica a los accionistas de las cotizadas y protege a sus gestores. Las compañías pueden y deben ponerse en valor mediante las mejores prácticas profesionales. Y, entre ellas, la comunicación, por supuesto.
Es un deber comunicarse bien con sus accionistas y potenciales inversores. Hay que atender a los públicos con transparencia. Hay que dedicarles el tiempo que merecen. Hay que explicarles los planes de la compañía de manera clara y comprensible, sobre todo, teniendo en cuenta el perfil del inversor minorista español. Y con medidas, así, que faciliten e incrementen la relación con sus públicos de interés, sin duda, las compañías mejorarán en su percepción, reputación y valoración.
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Uno de los fenómenos, que, según los expertos, que acelerarán este proceso en próximos meses con grandes, medianos y pequeños valores, será la caótica relación de las cotizaciones frente a su valor el valor en libros. Es, simplemente, una oportunidad histórica en la Bolsa española.