Este artículo se publicó en inglés el día 17 de septiembre de 2019
El mercado del petróleo ha sido objeto esta semana de varias previsiones muy negativas sobre la demanda de petróleo, sin embargo, los precios han ignorado estos informes y han subido.
Seguimos creyendo que el petróleo está en un patrón de retención relativo, rondando el Brent y el WTI los 40 dólares por barril —el Brent ligeramente más. Es probable que sólo se materialicen grandes cambios cuando tengamos una mejor idea de la recuperación económica mundial y de si ha llegado, se acerca o se está estancando.
El mercado está esperando avanzar en cambios importantes de la demanda a corto plazo. Los problemas de demanda a más largo plazo siguen siendo menos convincentes, pero estudiemos lo que surgió esta semana y previsualicemos la reunión de hoy del JMMC de la OPEP+ para explorar sus implicaciones para el mercado.
Giro de 180º en las previsiones de demanda de BP (LON:BP)
BP (NYSE:BP) publicó su informe de Previsiones de Energía 2020 a principios de esta semana y fue noticia al teorizar que la demanda mundial de petróleo podía haber tocado techo en 2019. Ésta es una desviación importante de la previsión de BP para 2019, que estimó la demanda máxima para 2030 (un pronóstico ya agresivo).
Lo importante que hay que entender acerca de los escenarios presentados en el informe de Previsiones de Energía 2020 de BP—dos de los cuales presentan que la demanda de petróleo nunca más volverá a aumentar por encima de 100 millones de barriles al día— es que en realidad no son pronósticos. Más bien, este informe asume la conclusión deseada de una inminente "transición energética" y luego explica cómo llegamos a ella.
Parte del razonamiento del informe es sospechoso. Por ejemplo, cada escenario, incluso la versión "aquí no pasa nada", supone que los gobiernos seguirán aumentando su promoción de la tecnología de energías renovables al mismo ritmo que en los últimos años.
Eso puede ser cierto si los gobiernos comprometen fondos de estímulo para la promoción de la transición energética, pero puede que eso no suceda debido a los costes en los que ya han incurrido este año. Además, si el presidente Trump gana la reelección, él y otros políticos conservadores a nivel mundial son menos propensos a gastar en planes de transición energética.
El informe de BP está diseñado para apoyar los planes estratégicos de BP para alejarse por completo del negocio de los combustibles fósiles, una tendencia creciente entre las compañías petroleras europeas. Los traders no deberían utilizar las proyecciones de BP para formarse su opinión sobre la futura demanda de petróleo, porque no es realista.
El informe ni siquiera debería considerarse junto con las previsiones proporcionadas por la Administración de Información Energética, la Agencia Internacional de la Energía, la OPEP y ExxonMobil (NYSE:NYSE:XOM) porque es principalmente útil para los inversores que examinan el precio de las acciones y planes futuros de BP, que incluyen invertir 5.000 millones de dólares al año en "tecnologías de reducción de las emisiones de carbono" y la transición lejos de los combustibles fósiles, incluso lejos del gas natural.
Previsiones revisadas de la Agencia Internacional de la Energía y la OPEP
Mientras tanto, tanto la Administración de Información Energética como la OPEP volvieron a revisar a la baja sus previsiones de demanda de petróleo para 2020. La razón principal de la OPEP para rebajar sus previsiones fue que ya no cree que la demanda se recupere con la misma solidez en la India y otros países asiáticos.
La Agencia Internacional de la Energía se hizo eco de la teoría de la OPEP de que la demanda en Asia oriental e India será más débil de lo esperado, pero también cree que el grave deterioro del negocio de los viajes aéreos y los combustibles para aviones mundiales continuará hasta bien entrado 2021. Estima que la demanda mundial de petróleo sólo ascenderá a 91,7 millones de barriles al día y que la demanda de petróleo disminuirá durante el resto de 2020. El mercado no pareció asustarse por estas dos revisiones, lo que indica que su postura probablemente ya es más escéptica que la de la Administración de Información Energética o la OPEP.
Donde la OPEP y la Agencia Internacional de la Energía pueden estar equivocados es en Asia. Estamos observando un debilitamiento del consumo de petróleo en septiembre en China, pero es probable que resulte transitorio. Como se discutió en esta columna la semana pasada, es probable que la demanda de China repunte en el cuarto trimestre a medida que se resuelven los cuellos de botella y se crea capacidad de almacenamiento adicional.
También estamos observando los datos preliminares de GasBuddy e IHS Markit que muestran que el consumo de gasolina en Estados Unidos ha disminuido desde el Día del Trabajo, hace una semana y media. Es posible que el consumo de gasolina pueda repuntar en torno al Día de Acción de Gracias (hacia finales de noviembre) y las festividades de fin de año, pero no está claro cuántas personas se sentirán cómodas viajando a ver a la familia en 2020.
Los precios del petróleo ni se han inmutado ante todas las previsiones deprimentes de esta semana. El WTI subió casi un 5% y alcanzó los 40 dólares por barril el miércoles, basándose en un informe positivo de la Agencia Internacional de la Energía que indicaba que las reservas de petróleo de Estados Unidos disminuyeron la semana pasada. El Brent también subió hasta poco más de 42 dólares por barril. Pero tampoco va a salirse de este rango de precios hasta que algo cambie de verdad en la economía y la demanda.
¿Más reducciones de la producción de la OPEP+?
La OPEP+ celebra hoy una reunión virtual del Comité Ministerial Mixto de Seguimiento (JMMC) para evaluar el cumplimiento de las cuotas y, posiblemente, dar recomendaciones sobre cambios en la política petrolera. Algunos analistas predicen que el JMMC recomendará nuevas reducciones porque los precios del petróleo siguen sin subir.
Sin embargo, Arabia Saudí, una nación que ostenta un gran poder en el grupo, no quiere reducir aún más su producción. Si bien el consumo nacional de petróleo y gas de Arabia Saudí va a disminuir a medida que vayan bajando las temperaturas, su principal preocupación en la industria petrolera es el suministro de sus lucrativos contratos de Asia oriental.
Dado que Arabia Saudí probablemente entiende que China y otras naciones de Asia experimentarán un aumento de la demanda, es poco probable que se ajuste a nuevas reducciones de la producción en este momento.