Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no van con segunda intención...) si era verdad que las oportunidades (en la vida y en el trading) se acaban alguna vez.
En la vida hay ocasiones en las que uno, por dejadez, ignorancia, estado mental o por las propias circunstancias en las que está atrapado, deja escapar inevitable e irreversiblemente un tren cargado de doradas oportunidades, una ocasión maravillosa que nos cambiaría la vida, que daría un giro a nuestra existencia, o al menos, que nos empujaría enormemente hacia nuestras metas soñadas. Pensamos entonces que ya no va a haber nuevas ocasiones, nuevas oportunidades en las que el viento sople a nuestro favor, y que por haber perdido y dejado escapar éstas, vamos a estar ya condenados al más oscuro de nuestros fracasos.
Pero, digan lo que digan, siempre pasarán nuevos trenes, siempre surgirán nuevas oportunidades y se abrirán nuevos caminos. Trenes llenos de vagones distintos, pero nuevos trenes, dispuestos otra vez a que nos subamos a ellos, siempre que estemos con las maletas y el espíritu dispuesto para tomarlos sin dilación ni excusas.Y en el trading, que es vida y forma parte de la vida, también siempre habrá oportunidades, éstas no se acaban porque un día haya habido decenas de ellas buenísimas y porque entonces nos parezca que ya no van a repetirse nunca. El mercado sube y baja, gira y gira continuamente en una y en otra dirección. A veces de un modo dinámico, ágil o alocado, impidiéndonos que le domemos, y otras de forma suave y dócil, permitiéndonos que le domemos y disfrutemos en su continuo virar. Pero no hay que obsesionarse ni angustiarse porque un día no hayamos podido entrar a tiempo en una increíble vela de 70 puntos a nuestro favor, y poco después otra aún mejor de 80, en la que o bien nos sentamos tarde frente a la pantalla, o estábamos de paseo, o distraídos, o marcamos la orden y por pocos ticks no nos la tomó... Era una vela marcada por una noticia transcedente, que enloqueció los gráficos y nos hace creer erróneamente que ya no volverá a producirse nunca.
Algunos de mis alumnos que están comenzando ahora a aprender a hacer trading, me comentan que les da rabia "perderse" una de esas velas de más de 100 puntos por no poder estar frente a la pantalla del ordenador, por ejemplo, un día en concreto a las 14:30, donde la publicación del paro de Estados Unidos hizo girarse al alza al mercado vertiginosamente., o no estar a las 18:45 cuando se produjeron velas rojas de más de 95 puntos, por el enésimo rumor de que Grecia iba a abandonar el euro.
Me comenta que casi seguro hubiera entrado en el mercado en ambas ocasiones si hubiera estado allí y que hubiera ganado mucho dinero... Simples suposiciones y lamentaciones.
- 1º. A esas horas, y con noticias de por medio, ni por mi sistema ni por lógica, había que estar frente a los gráficos.
- 2º. Con noticias de por medio, intentar entrar en el mercado puede ser terriblemente peligroso, y no suelen compensar las ganancias de las operaciones que salen bien, con las pérdidas cuantiosas de las que salen mal.
- 3º. Las oportunidades no se acaban, y mejor sumar poco a poco y día a día, que perder una buena parte de nuestra cuenta o casi toda de golpe, por prentender ir demasiado rápido.
Sistema, reglas, disciplina, paciencia... y tratar de aprender a controlarnos y a operar de un modo pausado, consntante pero lo más seguro posible. De nada vale lamentarse y sufrir inútilmente por esas presuntos pelotazos a nuestro favor en forma de larguísimas o cortísimas velas. Que no se te escapen los trenes siguientes porque te pillen en el andén lamentándote por no haberte subido a los que se acaban de marchar. Siempre habrá nuevas oportunidades (en la vida y en los mercados...), nuevos retos a asumir, nuevas entradas... Hay que saber verlas, entrar, no ser ni demasiado miedoso ni demasiado ambicioso... pero obligarse a subirse a ellas cuando pasen; y saber parar en la estación adecuada.