Veamos qué es eso del 'hard Brexit', qué consecuencias tendría, qué alternativa se podría estar barajando y por qué es un tema crucial para Reino Unido y la Unión Europea (UE).
Todo el tema del Brexit tiene unas repercusiones directas en el Viejo Continente. A modo de ejemplo, el cálculo que realizó el Instituto de Análisis Económico de Colonia llegando a la conclusión de que la salida de Reino Unido de la UE reduciría en un 25% el PIB de Alemania el próximo año y que una devaluación del 10% de la libra esterlina podría reducir en un 6% las exportaciones de Alemania a Reino Unido.
El Banco de Inglaterra (BoE) mantuvo los tipos de interés en el 0,25% y su programa QE en 435.000 millones de libras. Hasta aquí sin sorpresas. Pero lo llamativo fue cuando indicó que las probabilidades de bajar de nuevo los tipos se han reducido bastante, debido a que espera que el Brexit presionaría menos de lo esperado la evolución de su economía.
Este hecho implica una primer lectura: que la libra esterlina se fortalece, al menos en el corto plazo, frente al resto de divisas, de ahí que hayamos asistido a caídas en EUR/GBP y subidas en GBP/USD.
La otra noticia que también ayuda a la libra es que el Tribunal Superior británico ha dictado en contra de lo que afirmó el Gobierno del Reino Unido, ya que incide en que se necesitará la aprobación del Parlamento para aplicar el artículo 50 (hecho que activaría la salida de la Unión Europea). La primera ministra había defendido que no era necesario que el Parlamento se pronunciara porque ya lo habían hecho los ciudadanos, por lo que comenzaría todo el proceso antes de finales del próximo mes de marzo.
Este segundo hecho también es favorable para la libra esterlina, ya que aplaza el proceso del Brexit.
De todas maneras, la clave sin duda alguna radica en si asistiremos a un Brexit duro (hard Brexit), que no es otra cosa sino unas negociaciones Reino Unido-UE duras y exigentes. Reino Unido podría renunciar a su pertenencia al mercado único europeo (de bienes y servicios) a cambio de obtener el control total sobre su presupuesto y lo que más anhelan, su propia inmigración. La idea es que quieren lograr un nuevo acuerdo comercial con la UE. De no ser así, las empresas estarían sometidas a aranceles y los bancos no tendrían acceso al mercado europeo.
¿Consecuencias de un Brexit duro? Reino Unido se enfrentaría a un menor crecimiento, las inversiones se verían reducidas, la inflación se dispararía, el déficit por cuenta corriente sería otro problema importante.
En principio, la Unión Europea sería partidaria de un Brexit duro, principalmente para mandar un claro y nítido aviso a navegantes, para dejar claro a futuros aspirante a dejar la UE que no va a ser precisamente un paseo fácil.
Otra cosa es lo que realmente convendría a ambas partes, un término medio, en el que todos cedan algo a cambio de menores daños recíprocos. Por ejemplo, Reino Unido podría ceder en materia de inmigración (cesión parcial) y a cambio la Unión Europea permitir una relación especial y concreta en lo referente al mercado único.