Me imagino que los distintos candidatos a la presidencia de Argentina que hablan todos los días por TV deben saber mucho respecto a las consecuencias que un cambio de ciclo monetario entre la Fed, el BoJ y el BCE genera en las materias primas.
De esta forma, ante la inminente finalización de QEIII en EE.UU. y ante una evidente y renovada tendencia de fortaleza del dólar americano a nivel mundial que le está pegando a casi todos los commodities me pregunto: ¿cómo enfrentarán el incipiente pero irreversible cambio de precios relativos en el mediano plazo?
Seguro que tienen un claro Plan B entonces: ¿por qué no se lo cuentan a la ciudadanía o seguiremos los próximos 400 días escuchando un biribiri lleno de retórica coyuntural pero absolutamente vació de estrategia de mediano plazo?
En un mercado internacional en el que no pasa nada, observar la fortaleza que el dólar ha exhibido a nivel mundial, en especial en las últimas semanas, a uno le hace recordar que por momentos en este eterno y aburrido entorno reflacionante se abren ventas de trading a mediano plazo.
Sin duda estamos en presencia de un claro cambio de ciclo en política monetaria comparada en donde muy lentamente Estados Unidos se retira de la escena del QEIII y sin gustarle pero a la fuerza, Europa se da cuenta finalmente que la Fed le planteó desde 2008 una clara guerra de monedas a la que todavía ahora reacciona con un inminente QEI europeo a la vuelta de la esquina.
A este cambio de ciclo se le suma Japón que desde hace tiempo comenzó su propio QE para neutralizar la apreciación del yen e intentar de esta forma recuperar parte del empleo que la Fed le fue sacando desde 2008.
Claramente, la debilidad intencional del dólar desde 2007 hasta 2013 fue una forma muy eficiente de pasar desempleo americano al resto del mundo, pues bien, esto poco a poco está comenzando a cambiar.
Por lo tanto, tenemos en la actualidad a los tres bancos centrales más importantes del planeta en estado de sumo “dovishness” (laxedad monetaria), con lo que no cabe duda de que todavía y por mucho tiempo más los tres bloques seguirán muy acomodativos respecto al nivel y pendiente de sus respectivas curvas de rentabilidad pero en etapas de sus respectivos ciclos monetarios muy diferentes.
Mientras, la Fed lentamente está retornando a la economía americana a su nivel de desempleo pre-crisis (4,5%), Europa sufre un desempleo creciente como consecuencia de su incomprensible “hawkishness” relativo (restricción monetaria) desde el comienzo de la crisis.
Queda claro a esta altura de los acontecimientos que en un mundo en donde todos son “paloma”, el menos “paloma” se convierte en “halcón” porque el trade de monedas por definición es uno relativo.
Entonces en este caso, una Fed “dovish” pero en inminente retirada de QEIII frente a un BoJ en pleno QE y un BCE arrancando su propio plan de Flexibilización Cuantitativa termina implicando una Fed “hawkish” relativa a los dos otros ergo: el dólar ha tenido una significativa apreciación contra el euro y el yen, apreciación que está lejos de haber culminado.
Lo interesante es que dicha apreciación se sigue dando en el contexto de una curva de rentabilidad en EE.UU. totalmente planchada en la parte corta y totalmente anestesiada en la larga. Por lo tanto, la apreciación del dólar se debe más que a razones internas de la Fed, a razones externas derivadas del accionar del BoJ y el ECB.
Si la Fed culmina de emitir dólares y el BoJ y el BCE lo siguen haciendo vía sus propias QEs, se genera un exceso de oferta de dichas monedas frente al dólar lo que explica claramente que la fortaleza del dólar que venimos observando desde hace meses y que seguirá probablemente muy firme por mucho tiempo más.
El yen, por junio de 2007 cuando comienza la crisis, cotizaba en 125 yenes por dólar. Durante el pico de “dovishness” de la Fed llegó a cotizar en 75 ocasionando una devastadora apreciación del 40% para un país nipón que sufría de deflación y recesión crónica.
Hoy el yen a fuerza de QE japonesa cotiza ya en 107 y lentamente se dirige a recuperar los 125 de pre-crisis. Lentamente y muy en cámara lenta las monedas están retornando a sus niveles pre-crisis, esto no será inmediato, no será acelerado pero sí será irreversible.
Para un país como Argentina es importante tener muy en cuenta que la fortaleza del dólar se correlaciona a debilidad de commodities. Con esto no quiero ni siquiera sugerir que la debilidad de commodities será acelerada pero sí que el cambio de ciclo monetario relativo de la Fed frente al BoJ y el BCE implica sin dudas que los máximos de esta crisis para los commodities ya los hemos visto.
La exuberante dinámica del grupo de materias primas que vio a una soja cotizar por sobre los 600 ya es historia para el mediano plazo, seguiremos navegando un entorno favorable pero una cosa es en entorno de máximos y otra muy distinta es un entorno de paulatino ajuste de precios relativos en un escenario todavía “dovish”.
La debilidad relativa de commodities aun sin suba estrepitosa de tasas le abre un nuevo frente de preocupación al país y me pregunto: ustedes los presidenciables que tanto hablan sin decir nada, ¿tienen un Plan B que afronte la debilidad relativa de commodites ocasionada por un cambio de ciclo monetario relativo de la Fed o seguiremos un año más escuchando un chamuyo pre-electoral absolutamente vació de contenido?
¿Se van a animar alguna vez a debatir todos en serio respecto a sus respectivas políticas monetarias y fiscales de mediano plazo o seguirán jugando este juego de querer conseguir votos sin decir nada? El mundo está cambiando lentamente en nuestra contra, ¿se dieron cuenta de eso?