El Dax intentó engañar a los más incautos. Esta mañana tras presionar la demanda y romper la línea de oferta o resistencia, el profesional comenzó a distribuir. Ha vendido hasta secar por completo la demanda. Lo que parecía en un principio el comienzo de una nueva cabalgada de la tendencia alcista ha terminado como un engaño, una dilatación.
Pero los pacientes, los que esperan a ver los dos lados del mercado, la oferta y la demanda, se han visto recompensados al encontrarse con un contexto de distribución profesional produciendo presión de la oferta y total ausencia de la demanda.
Una vez más el mercado demuestra que la paciencia es dinero.
Hoy podríamos titular a la apertura del Dax como "El gran engaño"