A pesar de lo controvertido del personaje de Donal Trump y la multitud de detractores que se ha granjeado con sus formas y mensajes, lo cierto es que las palabras del nuevo presidente de Estados Unidos sientan bien a los inversores y al mercado.
Ayer las bolsas reaccionaron con ligeras al alzas y consiguieron nuevos máximos marginales después de que Trump indicase desde la Casa Blanca, en reunión con ejecutivos de aerolíneas, su intención de anunciar novedades que serán fenomenales en términos de impuestos.
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“I will make an announcement that would be phenomenal in terms of tax”.
Sin necesidad de puntualizar nada más, el mercado y Mr. Trump continuaron su luna de miel iniciada el mismo día de las elecciones, el pasado 8 de noviembre.
Una luna de miel cuyo fin es sólo cuestión técnica de mercados y se atisba próximo.
Reducir los impuestos a las empresas indudablemente impactará de forma positiva en sus resultados. Por otro lado, los posibles cambios esperados en la forma de deducir los intereses y depreciaciones, pueden tener un impacto mayor, así como, en negativo, las cargas arancelarias que intentará instaurar.
La luna de miel es difícil de explicar y realmente puede no ser tal, sino una simple muestra de resistencia del mercado a caer, en una pauta técnica típica de formación de techo y agotamiento de tendencia.
La determinación de las autoridades por reflacionar activos es el principal factor detrás de las subidas de las cotizaciones. También, la represión financiera y práctica eliminación de la remuneración al ahorro incitan a los inversores a comprar bolsa y asumir riesgos.
Sin embargo, la combinación de fuerte subida de las bolsas – desde 2009- y caída del precio de los bonos o subida de rentabilidad-desde el pasado mes de julio-, están cambiando el panorama.
El bono a 10 años es la referencia más utilizada para comparar rentabilidades entre deuda y bolsa. Actualmente, el bono estadounidense ofrece una rentabilidad del 2,39%, frente al 1,98% de rentabilidad por dividendo del índice S&P 500.
La caída de rentabilidad por dividendo del índice se explica por el rally de +244% acumulado desde los mínimos de marzo de 2009, así como por la merma del crecimiento de los dividendos en los últimos años.
Así el rally es, a su vez, explicado por lo que entre expertos se entiende como “expansión de múltiplos”, es decir, por alzas no justificadas por los beneficios empresariales y sí por mera sobre-valoración.
En este sentido, el PER del S&P500 ajustado a 10 años, famoso índice CAPE de Shiller, alcanza niveles un 40% superiores a su media, se sitúa en 28,60 veces y en niveles sólo superados dos veces en su historia, en los tristes 1929 y año 2000, que dieron inicio a unas de las caídas bursátiles más fuertes de la historia.
La recesión de los beneficios, márgenes y ventas empresariales en EE.UU., por tanto, no justifican los máximos históricos. Las previsiones de recuperación, aunque hoy ciertas y más que posibles después de 6 trimestres consecutivos de caída, son aún inciertas en cuanto a su alcance y sostenibilidad.
Después de 95 meses, el ciclo empresarial expansivo muestra signos evidentes de haber alcanzado su mejor momento hace dos años, momento desde el que los beneficios empresariales han retrocedido un 15%.
La recuperación de beneficios desde esa abrupta caída parece estar ya en marcha, aunque ¿será duradera o de contundencia suficiente para justificar la sobre valoración del mercado?
El beneficio medio por acción de las empresas del S&P 500 durante los últimos 12 meses está en 89 dólares. Un BPA capaz de eliminar la sobre valoración del mercado, de presionar el PER a la baja a su media histórica cercana a 18 veces, se estima tendría que superar los 130 dólares.
Es decir, sólo para devolver al mercado a su justo nivel de valoración histórica, los beneficios por acción tienen que mejorar un 45%. Las medidas Trump aportarán pero difícilmente serán tan fenomenales.
Sin embargo, la luna de miel está enamorando a los inversores hasta extremos de peligro, al mostrar una confianza sin precedentes desde el máximo de octubre de 2007, vean gráfico de Sentimiento recogidos por Investors Intelligence:
Lo sucedido en las bolsas después de octubre de 2007 dio lugar a un divorcio completo de los inversores con el mercado.
Ahora que los inversores han recompuesto su relación y estrechado lazos con la asunción de riesgos, ¿sucederá lo mismo que en 2007 en próximas semanas? ¿Y en meses vista?
Más de uno quedaría sorprendido al conocer los escenarios de mayor probabilidad en esta fase del ciclo.