Teresa de Miguel
Nueva York, 4 ago (EFE).- El miedo a la recaída en la recesión de la economía estadounidense y los persistentes temores al contagio de la crisis de deuda en la zona euro provocaron hoy un nerviosismo generalizado en los mercados mundiales que se saldó con la peor sesión en Wall Street desde diciembre de 2008.
Desde el día uno de ese mes de hace más de dos años y medio, cuando el país estaba envuelto en medio de una crisis económica que sería la más profunda y prolongada en EE.UU. desde la Gran Depresión de los años 1930, el Dow Jones de Industriales no registraba un retroceso tan pronunciado como el de este jueves.
Entonces el principal índice del parqué neoyorquino perdió 679,95 puntos, comparado con los 512,76 enteros o el 4,31 % de esta jornada, en la que se hundió todavía más por debajo de la simbólica barrera de los 12.000 puntos al cerrar en 11.383,68.
Esa caída arrastró al Dow Jones hasta el nivel de pérdidas anuales, ya que hoy se encuentra el 1,67 % por debajo del cierre de la última sesión de 2010.
Aún peor fue este jueves para los otros dos principales índices de Wall Street: El selectivo S&P 500 cayó el 4,78 % ó 60,27 puntos, su peor retroceso desde marzo de 2009, de forma que en lo que va de año ha acumulado una caída del 4,58 %.
Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq se desplomó el 5,08 % y ya está un 3,64 % por debajo del nivel de cierre de la última jornada del año pasado.
Ese desalentador panorama se produjo tan solo un día después de que el parqué neoyorquino se salvara en la última hora de la sesión de acumular la racha bajista más prolongada en el Dow Jones en más de tres décadas.
Pero este jueves las cosas fueron muy diferentes y lejos de cambiar el rumbo, los inversores neoyorquinos agravaron aún más su ánimo vendedor en la recta final de la sesión, atemorizados por la palabra "recesión", que volvía a escucharse como una posibilidad en la boca de los analistas estadounidenses.
La continua difusión en las últimas semanas de datos macroeconómicos desalentadores en Estados Unidos se vio agravada al conocerse que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo bajó en 1.000 y se ubicó la semana pasada en 400.000, según el Departamento de Trabajo.
Ese leve descenso dejó muy bajas las expectativas para el informe oficial de empleo relativo a julio que difundirá mañana el Departamento de Trabajo de Estados Unidos y que los inversores temen que demuestre una vez más la debilidad del mercado laboral estadounidense.
En concreto, los analistas pronostican que la tasa de desempleo persistió el mes pasado en el 9,2 % y que la economía tuvo el mes pasado una ganancia neta de apenas 75.000 empleos.
Con la mirada puesta en la divulgación de ese informe, los inversores neoyorquinos se vieron dominados por el pánico que suscita la posibilidad de que la primera potencia mundial viva una recaída, un temor al que se unieron las persistentes dudas sobre la crisis de deuda en Europa.
Allí las principales plazas financieras vivieron también un día de turbulencias generalizadas, lo que a su vez contagió de pesimismo a Wall Street: Milán se dejó el 5,16 % -su nivel más bajo desde abril de 2009-, París el 3,9 % -hasta cotas de julio de 2010-, Londres el 3,43 % -niveles de septiembre del año pasado- y Fráncfort el 3,4 % -hasta niveles de octubre pasado-.
La sangría de la jornada se saldó con una caída del 5,76 % en el crudo de Texas, que perdió así la cota de los 90 dólares por barril por primera vez desde el pasado 18 de febrero, e incluso también con el oro, que tras tocar un máximo histórico intradía de 1.684,9 dólares la onza se vio afectado por la búsqueda de liquidez de los inversores y terminó por bajar hasta 1.659 dólares.
El único que se salvó del ánimo vendedor fue el "billete verde", que se fortaleció tanto frente al euro como ante el yen debido a los miedos a la crisis de deuda europea y como respuesta a la intervención del Banco de Japón en el mercado de divisas para debilitar el yen. EFE