Hernán Martín
Panamá, 24 ago (EFE).- Cien años después de que se colocaran los
primeros bloques de cemento del Canal de Panamá, en 1909, la vía
interoceánica que han atravesado 983.000 barcos a lo largo de un
siglo se prepara para las nuevas esclusas que permitirán el paso de
los nuevos buques del siglo XXI.
Aunque no se ha programado ninguna ceremonia, mañana empiezan a
contar los 1.883 días (unos cinco años y dos meses) que el consorcio
internacional Grupo Unidos por el Canal (GUPC) dispone para
construir las esclusas del nuevo carril, que permitirán el tránsito
de embarcaciones mayores que las existentes a comienzos del siglo
pasado.
GUPC, encabezado por la empresa española Sacyr-Vallehermoso e
integrado también por la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y
la panameña Constructora Urbana, aún no ha fijado una fecha para los
primeros movimientos de tierra que requiere la obra, que se ha
comprometido a hacer por 3.118 millones de dólares.
La apertura del plazo coincide con el centenario del vertido del
primer cemento en las obras de las actuales esclusas, el 24 de
agosto de 1909, menos de seis años después de la Independencia de
Panamá, para la cual el proyecto del Canal fue determinante.
La primera vez que se propuso la obra fue en 1532, tan sólo 19
años después del descubrimiento del mar del Sur por la expedición de
Vasco Núñez de Balboa, cuando Carlos V ordenó estudios topográficos
para construir un canal que cruzase el istmo panameño y facilitase
el paso de los tesoros procedentes del Perú en su ruta a España.
Pero debido a su complejidad y exigencias económicas no pasó de
ser durante años mas que un proyecto recurrente, hasta que a finales
del siglo XIX se planteó de nuevo de manera seria.
Fue el francés Ferdinand de Lesseps, que entre 1859 y 1869 ya
había construido el Canal de Suez, en Egipto, el que en 1880
emprendió la empresa para repetir la hazaña en el istmo panameño.
Pero su empecinamiento en que fuese un canal a nivel del mar,
como el de Suez, así como las enfermedades tropicales y la
ineficiencia administrativa, hicieron que la empresa acabase en uno
de los mayores escándalos financieros de finales del XIX.
Estados Unidos, uno de los países que más debía beneficiarse con
su construcción, compró a Lesseps los derechos y, ante la dificultad
de obtener de Colombia la concesión para construir el canal por la
provincia colombiana de Panamá, el presidente norteamericano,
Theodore Roosevelt, apoyó el movimiento independentista panameño.
Panamá declaró su independencia de Colombia el 3 de noviembre de
1903 y se vio forzado a firmar con Estados Unidos un tratado
draconiano que otorgaba a Washington la concesión a perpetuidad del
canal y la soberanía de una franja de 8 kilómetros a cada uno de sus
lados, lo que abrió una prolongada lucha por su recuperación.
Tras numerosos esfuerzos diplomáticos sin resultados, el 7 de
septiembre de 1977 el jefe del Gobierno de Panamá, el general Omar
Torrijos, y el presidente estadounidense, Jimmy Carter, firmaron un
tratado para la entrega progresiva del canal a los panameños, que
además garantizaba el libre tránsito y su neutralidad permanente.
Así, el Estado panameño se hizo cargo totalmente el 31 de
diciembre de 1999 de esta estratégica infraestructura, cuyas obras
había retomado Estados Unidos en 1904 y, con el esfuerzo de unos
75.000 trabajadores de todo el mundo y una inversión de 400 millones
de dólares de entonces, había concluido en diez años.
Ahora, menos de una década después de la entrega, Panamá está
abocada desde 2007 a un proyecto que requiere una financiación total
de unos 5.250 millones de dólares, para adecuar la vía acuática al
paso de embarcaciones más grandes conocidas como "pospanamax".
Estos barcos, con casi tres veces más capacidad de transporte de
carga que los llamados "panamax", se calcula que ya suponen cerca de
una tercera parte del volumen que mueve la flota de buques porta
contenedores, el principal segmento de negocio del Canal.
El nuevo carril, con una esclusa a cada extremo del Canal, de
tres escalones cada una y un sistema de piscinas laterales para el
ahorro de agua, elevarán las embarcaciones 26 metros -equivalente a
un edificio de ocho pisos-, para que naveguen por el lago Gatún, en
medio del istmo, antes de descender al mar al otro lado de la vía.
La Autoridad del Canal de Panamá ha establecido incentivos
económicos y penalizaciones para acelerar la entrega de la obra, con
el objetivo de tener la ampliación concluida para el centenario de
la apertura del Canal, el 15 de agosto de 2014. EFE
Hma/ast/ibr/cs