Varsovia, 16 sep (EFE).- El primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, se mostró hoy dispuesto a dialogar con los sindicatos que este sábado reunieron a 100.000 personas en la calle para protestar contra su reforma laboral y de las pensiones, pero advirtió de que se mantendrá firme y no aceptará ninguna imposición.
En una rueda de prensa, Tusk tachó de "radicales" las manifestaciones y explicó que no cederá a "los postulados sindicales que sean contrarios a los intereses de la mayoría de los ciudadanos".
Las tres principales organizaciones sindicales de Polonia, lideradas por la mítica Solidaridad, organizaron la pasada semana cuatro jornadas de protesta en Varsovia.
Las marchas culminaron el sábado con una gran manifestación en la que participaron 100.000 personas contrarias al Ejecutivo liberal y donde el líder de Solidaridad, Piotr Duda, instó a organizar una recogida masiva de firmas pidiendo la disolución del Parlamento y el fin anticipado de la presente legislatura.
Las críticas de los sindicatos se dirigen principalmente contra la decisión de elevar la edad de jubilación a los 67 años, los planes de flexibilización de la jornada laboral y la extensión de lo que los representantes de los trabajadores califican de contratos basura.
El primer ministro polaco recordó hoy que ni él ni ningún ministro recibieron a los líderes sindicales, a los que acusó de intentar derrocar al Gobierno y de carecer de "proyectos concretos". EFE