París, 2 oct (EFE).- El Banco Central Europeo (BCE) no sólo mantuvo hoy sus tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5 %, sino que anticipó que así seguirán un tiempo largo, sin descartar nuevas bajadas, dado lo frágil de la recuperación económica, la poca presión inflacionista y la situación monetaria.
El presidente del BCE, Mario Draghi explicó que el consejo de gobernadores, reunido excepcionalmente en París, "prevé que los tipos de interés seguirán en sus niveles actuales o más bajos un periodo prolongado".
La primera razón es que aunque la zona euro saliera de la recesión en el segundo trimestre, tras seis consecutivos de retroceso del producto interior bruto (PIB), lo hizo con un incremento limitado al 0,3 %, y en el que pesaron algunos elementos excepcionales como el gasto energético por una primavera más fría de lo habitual.
Y sobre todo, el restablecimiento económico en los próximos meses se va a producir "a un ritmo lento" teniendo en cuenta, entre otras cosas que el paro se ha estabilizado pero con cifras altas, y que los ajustes tanto en el sector público como en las empresas seguirá pesando sobre la actividad, señaló Draghi.
Por si fuera poco, hay más riesgos a la baja sobre las perspectivas económicas de la eurozona ante las incertidumbres sobre los mercados monetarios y financieros internacionales, así como a un posible encarecimiento de las materias primas si se reavivaran algunas crisis geopolíticas.
Otro factor que justifica el mantenimiento del precio del dinero barato por el BCE es que la inflación interanual disminuyó todavía más en septiembre, hasta el 1,1 %, dos décimas menos que en agosto y lejos por debajo del 2 % que constituye el objetivo a medio y largo plazo.
El presidente de la institución aventuró que la evolución de los precios "seguirá estable a niveles bajos, muy inferiores al 2 %, y esperamos que continúen así un plazo largo" por la contención de la energía o los alimentos y la ausencia de impactos suplementarios por la fiscalidad.
Además, el funcionamiento del crédito sigue siendo "débil", como lo ilustra que el ritmo anual de variación de los préstamos a las empresas no financieras disminuyó un 2,9 % en agosto, una caída todavía mayor que la constatada en julio (-2,8 %).
Draghi no pudo más que reconocer que "los flujos de crédito continúan siendo bajos, incluso muy bajos", aunque también quiso dejar claro que perciben mejoras en el problema de la fragmentación dentro de la zona euro.
Reiteró su mensaje de que el BCE "seguirá ofreciendo toda la liquidez necesaria" y que las medidas a ese respecto que lleva aplicando desde el año próximo van a mantenerse "al menos hasta julio de 2014".
Aseguró no esperar "nada catastrófico" en las nuevas pruebas de resistencia a los bancos, que deben estar concluidas para finales de 2014 y se mostró convencido de que eso "en lugar de acrecentar la fragmentación (de los mercados de crédito) la reducirá".
En cualquier caso, insistió en que esos ejercicios "sólo tienen sentido si son creíbles" y "eso significa transparencia y rigor".
Interrogado en particular sobre si harán falta medidas suplementarias para la banca española una vez que el programa de rescate actualmente en acción llegue a su fin, respondió que "las medidas que se han tomado parecen adecuadas".
"Las medidas son reales. Todo parece indicar que España estará en orden de marcha", reiteró, antes de puntualizar que "por ahora es muy difícil decir cuáles son las necesidades de uno u otro banco en particular".
La incertidumbre política en Italia y las implicaciones que podría tener para una nueva crisis de la zona euro fue un asunto que generó múltiples interrogaciones a las que contestó con términos muy diplomáticos, sin querer entrar en los problemas específicos de ese país.
Con carácter general, indicó que cuando hay periodos de inestabilidad, las esperanzas de recuperación se moderan, pero a continuación insistió en que "hoy la zona euro es más resistente" por los progresos en credibilidad dentro de cada país, por las propias medidas de apoyo del BCE y porque "la gobernanza de la zona euro ha mejorado considerablemente".
Draghi no quiso siquiera especular con una posible suspensión de pagos de Estados Unidos ante la falta de acuerdo sobre el presupuesto.
"Si se prolongara, la parálisis estadounidense presentaría un riesgo. Por ahora, la impresión es que no ocurrirá", comentó. EFE
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