Washington, 10 ene (EFE).- El Congreso de EE.UU. debatirá la actualización de la "vía rápida" para la aprobación de los tratados comerciales internacionales, que expiró en 2007, lo que permitiría acelerar tanto el que el Gobierno estadounidense negocia con la UE como el que quiere suscribir con 11 países del Pacífico.
Dos legisladores republicanos y uno demócrata presentaron el jueves en el Congreso este proyecto de ley que cuenta con el aval explícito de la Casa Blanca, preocupada por asegurar el legado del presidente Barack Obama en materia de comercio internacional.
De prosperar la nueva ley, el Congreso sólo podrá pronunciarse a favor o en contra de un tratado comercial, es decir, que no tendrá potestad para enmendar el texto, con lo que el proceso de aprobación de los acuerdos se agilizaría notablemente, sobre todo en un contexto de polarización histórica en las Cámaras y en año electoral con las legislativas de noviembre.
Tradicionalmente los republicanos son más partidarios de los tratados de libre comercio que los demócratas, pero ya han surgido los primeros recelos en la oposición sobre una ley que otorga más poder al presidente del Gobierno y limita la acción del Congreso en un momento en el que los legisladores ya se quejan de falta de transparencia en las negociaciones.
Sin embargo, donde Obama podría encontrar la batalla más dura es en las filas de su propio partido, desde donde ya han salido voces que alertan de que los tratados pueden ser negativos tanto para los trabajadores de EE.UU. como para el medio ambiente.
La Casa Blanca considera que la introducción del proyecto de ley para acelerar los tratados comerciales es un "paso importante para que el Congreso actualice su rol en las negociaciones" de este naturaleza.
"Esperamos que tanto los legisladores demócratas como los republicanos en el Congreso aprueben una ley de Autoridad de la Promoción del Comercio (TPA) tan bipartidista como sea posible", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su rueda de prensa diaria.
La ley, que actualizaría por un periodo de siete años la expirada TPA de 2007, ya ha sido aplaudida por la Cámara de Comercio de EE.UU., la Asociación Nacional de Manufactureros y criticada por sindicatos y grupos ecologistas.
Los impulsores del proyecto de ley que ayer llegó al Capitolio defienden que la norma permitiría a los legisladores tener acceso a los textos de las negociaciones de los tratados e incluso observar las conversaciones.
Asimismo, la nueva ley obligaría al Gobierno a consultar con mayor frecuencia al Congreso sobre la evolución de las negociaciones y compartir información con las comisiones legislativas.
Pero en la práctica, la ley ampliaría los poderes del presidente y cortaría las alas del Congreso para incluir matices en los tratados, puesto que su función en su aprobación quedaría limitada a un sí o un no a la totalidad. EFE