Por Sarah McBride
SAN FRANCISCO (Reuters) - Cuando empezó su negocio de apoyo para la manutención infantil SupportPay, Sheri Atwood esperaba todo tipo de sugerencias, pero no el consejo de una inversora que sugirió que se tiñera su pelo rubio y se lo pusiera más oscuro para que la tomaran más en serio en las empresas de capital riesgo.
Para Atwood, que al final consiguió financiación de otros patrocinadores, la recomendación resalta una actitud en Silicon Valley donde las mujeres son emprendedoras de segunda clase. Si hubiera más mujeres en empresas de capital riesgo, la actitud cambiaría, dijo ella.
A pesar de la intención políticamente correcta que Silicon Valley ha tenido a la hora de reclutar a más mujeres capitalistas, en los niveles más altos el equilibrio de género del sector no ha llegado, incluso aunque otros sectores con poca diversidad de género hayan mostrado mejoras.
El asunto importa porque las mujeres inversoras tienen un impacto directo en el éxito de las compañías que otras mujeres lanzan, dicen las mujeres emprendedoras, además de servir de ejemplo y ser más sensibles al potencial en negocios que tienen como objetivo otras mujeres.
En torno a un cuatro por ciento de los socios inversores de más alto rango en EEUU son mujeres, según datos de Pitchbook, una firma consultora. Esto es algo menos que el cinco por ciento en 2010, e iguala los niveles de 2008.
Algunas mujeres de Silicon Valley no hablan abiertamente sobre el clima laboral de las mujeres, creyendo que sus comentarios les harán parecer quejicas y evitarán que cierren acuerdos con inversores o de financiación en el caso de las emprendedoras.
La escasez de mujeres veteranas entre los inversores existe y las dificultades a las que se enfrentan las mujeres en la tecnología han saltado a los titulares.
Algunas cuestiones que se han aireado en los medios han sido unas estadísticas que muestras cifras bajas de mujeres en compañías como Facebook y Google, una demanda de una mujer inventora de la aplicación de citas Tinder alegando que fue desechada y tres demandas presentadas por empleadas de firmas de inversión por acoso y discriminación.
A pesar de las demandas, las mujeres dicen que los problemas generalmente son sutiles, como dejar fuera a las mujeres en las reuniones claves o de las reuniones sociales.
Muchos empleados de firmas de capital riesgo, tanto mujeres como hombres, dicen que parte del problema reside en los caminos en la educación y la carrera laboral que muchas mujeres han elegido en un momento en el que muchas firmas buscan empleados con base técnica.
El porcentaje de mujeres ingenieras, informáticas o matemáticas ha caído durante las última década hasta el 19 por ciento, 18 por ciento, y 43 por ciento, respectivamente, entre todos los estudiantes que tienen carreras en esos campos, dijo la Fundación Nacional de Ciencia.
El porcentaje de emprendedoras se ha estancado desde principios de los años 80 en torno a un 27 por ciento, dice Ross Levine, profesor en la escuela de negocios Haas de la Universidad de Berkeley.
Muchas firmas tienen la mayoría de sus inversiones en Estados Unidos, pero algunos dicen que si se contara con las oficinas internacionales las cifras serían mejores.