Por Mahmoud Mourad
LA MECA (Reuters) - Cientos de miles de musulmanes comenzaron el miércoles la peregrinación anual del hajj, poniéndose las tradicionales prendas blancas y dirigiéndose a un campamento de tiendas a las afueras de la ciudad sagrada de La Meca, en un itinerario que recuerda el trayecto que hizo el profeta Mahoma hace 14 siglos.
Casi 2 millones de fieles de casi todos los países han llegado a Arabia Saudí esta semana para participar en el ritual de cinco días, que es una obligación religiosa única para todos los musulmanes sanos que pueden permitírselo.
Algunos rezaron en la Gran Mezquita antes de dirigirse a la zona de Mina o hacia el Monte Arafat, al este de La Meca, donde se cree que el Profeta dio su sermón final a sus seguidores.
Los fieles hicieron el trayecto a pie o en autobús, y la policía de tráfico utilizó altavoces para tratar de dirigir a las multitudes en una mezcla de idiomas. Los peregrinos van vestidos con ropas blancas simples, en señal de estado de ihram, o pureza ritual.
El marroquí Rida al-Belaqili, esperando para subir a un autobús a Arafat, trataba de encontrar palabras que describieran sus sentimientos.
"Conocemos a gente de todos los países y de todas las nacionalidades. Hay una especie de unidad", dijo. "Espero que esto recargue la fe y la espiritualidad de los musulmanes. Pido a Dios que me conceda el perdón a mí y a todos los musulmanes".
Realizaba el hajj con su esposa, Latifa al-Omari, por segunda vez.
Todos los peregrinos llegarán el jueves por la mañana al monte Arafat, a unos 15 kilómetros al este de La Meca.
El Eid al-Adha, o fiesta del sacrificio, comienza el viernes, cuando los peregrinos comienzan tres días de lanzamiento de piedras a las paredes en una simbólica renuncia al diablo.
La mayor concentración anual del mundo de musulmanes ha sufrido en el pasado estampidas mortales, incendios y disturbios.
Un aplastamiento en 2015 mató a casi 800 peregrinos, según Riad, aunque los recuentos por países de los cuerpos repatriados mostraron que podrían haber muerto más de 2.000 personas, más de 400 de ellas iraníes.
Arabia Saudí se juega su reputación en su custodia de los lugares más sagrados del Islam - La Meca y Medina - y la organización de la peregrinación.
Las autoridades dicen que han tomado todas las precauciones necesarias, con más de 100.000 miembros de fuerzas de seguridad y 30.000 trabajadores sanitarios preparados para mantener la seguridad y proporcionar primeros auxilios.