Brasilia, 13 abr (EFE).- El Senado brasileño aprobó hoy un proyecto de ley que autoriza a la banca estatal a financiar hasta el 60 % de un tren de alta velocidad entre Río de Janeiro y Sao Paulo, tras un intenso debate sobre la viabilidad del proyecto.
Según la propuesta del Gobierno, respaldada hoy por la mayoría de los senadores, el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) financiará hasta 20.000 millones de reales (12.500 millones de dólares) del tren de alta velocidad, que la oposición calificó de "técnicamente inviable y megalómano".
Aunque el oficialismo impuso su mayoría en la cámara alta para lograr la aprobación del texto, fue sorprendido por la disidencia de algunos senadores de la coalición de Gobierno que se unieron a las críticas de la oposición.
Ricardo Ferraco, senador del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), afirmó que con el coste del tren de alta velocidad, calculado en unos 36.000 millones de reales (22.500 millones de dólares), podrían solucionarse los problemas de todos los aeropuertos y carreteras del país.
Armado de números, sostuvo que ese dinero permitiría también mejorar el transporte urbano en cientos de ciudades, entre las que incluyó las propias Río de Janeiro y Sao Paulo, que sufren a diario con un caótico tránsito y kilométricos atascos.
"Con el tren de alta velocidad una persona demorará dos horas para ir de Río a Sao Paulo, pero andará cinco horas dentro de su propia ciudad para llegar a la estación", aseguró el parlamentario.
A pesar de esos argumentos pesó más la disciplina de la base oficialista, que respaldó con una aplastante votación (44-17) el proyecto gubernamental, que deberá ser sancionado por la presidenta Dilma Rousseff.
El texto aprobado también plantea la creación de una nueva estatal, ya bautizada como Empresa de Transporte Ferroviario de Alta Velocidad (Etav), que será responsable por la integración de ese y otros sistemas de transporte público.
Asimismo, establece que la empresa que obtenga la concesión del tren recibirá un subsidio de 5.000 millones de reales (unos 3.125 millones de dólares) si sus ingresos en los primeros diez años de operaciones son inferiores a los previstos.
En los consorcios dispuestos a participar en la licitación hay empresas de España, Japón, Alemania y otros países con experiencia en trenes de alta velocidad, cuya tecnología se verían obligadas a transferir a Brasil en caso de ser seleccionadas.
El proyecto ha sufrido ya numerosos retrasos en relación a la idea original, que planteaba que el tren estuviese en funcionamiento para el Mundial de fútbol de 2014, que será celebrado en Brasil.
Los expertos calculan que las obras demorarán un plazo mínimo de seis años, por lo que ya ponen en duda que el tren de alta velocidad pueda estar operativo para los Juegos Olímpicos de 2016, que serán realizados en Río de Janeiro. EFE