París, 21 jul (EFE).- El nuevo reactor francés que Electricité de France (EDF) construye en la costa de Normandía (noroeste) no entrará en servicio hasta 2016, cuatro años después de lo inicialmente previsto, y su coste final será de 6.000 millones de euros, lejos de los 3.300 millones presupuestados al principio.
Según EDF, las razones de esos desfases, de los que hoy se hace eco la prensa económica francesa, son "tanto estructurales como coyunturales" y entre las primeros está el hecho de que sea el primer reactor de tecnología EPR (agua presurizada) que se construye en Francia, donde además no se levantaba ninguna nueva central desde hace una quincena de años.
A modo de ejemplo, la constructora Bouygues que se encarga de la obra civil en el complejo de Flamanville va a tener que dedicar 15 millones de horas de mano de obra en lugar de las cuatro millones programadas inicialmente por la complejidad de los encofrados en los que se va a poner cuatro veces más hierro que en las centrales actualmente en servicio.
Otro elemento importante que ha llevado a EDF a reconocer el aplazamiento del inicio de la fase de producción de Flamanville son las nuevas exigencias de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) a la vista de la experiencia del accidente de Fukushima en Japón.
A eso se suman problemas coyunturales como dos accidentes graves durante las obras, uno de ellos mortal en enero, que paralizó los trabajos durante nueve semanas mientras se llevaba a cabo la investigación, y que además necesitó nuevos procedimientos de seguridad.
La tecnología EPR es la misma del reactor que el grupo estatal francés Areva (que es quien lo ha desarrollado) está construyendo en Finlandia, done también se acumulan fuertes retrasos y donde los costes igualmente se han disparado.
El retraso de Flamanville ha llevado a EDF a reconocer que el proyecto de un segundo EPR francés también en la costa de Normandía, en Penly -pendiente de construcción-, no entrará en servicio en 2017 como se había planificado, sino en 2020.
Todos estos desfases y sus consecuencias económicas podrían cuestionar la rentabilidad de la energía nuclear en un país como Francia, donde representa casi el 80 % de la generación de electricidad.
El director ejecutivo de EDF Hervé Machenaud, responsable de la producción, insistió ayer en que la energía nuclear "sigue siendo el más competitivo de los medios de producción de electricidad", aunque su empresa no quiere precisar cuál es su evaluación del precio del megavatio que saldrá de los EPR.
En un principio, la compañía habló de 46 euros por megavatio, aunque en 2008 elevó su estimación a 54 euros. Los analistas de UBS calculan en la actualidad que se situará entre 70 y 75 euros. EFE