París, 25 ago (.).- La compañía eléctrica francesa EDF (EPA:EDF), que tiene parados una treintena de sus reactores nucleares por labores de mantenimiento o por problemas detectados en varios de ellos, va a tener que seguir sin poder utilizar varias semanas más cuatro de ellos, afectados por la corrosión.
En un contexto de gran tensión e incertidumbre por el abastecimiento energético en Europa con el trasfondo de la guerra en Ucrania, la eléctrica estatal francesa anunció este jueves ese contratiempo con un mensaje que intentó tranquilizar al mercado y a los consumidores al afirmar que mantiene su previsión de producción nuclear para 2022.
Un portavoz de la empresa se reafirmó en sus estimaciones anteriores de que sus centrales atómicas generarán este año entre 280 y 300 teravatios hora, aunque reconoció que "probablemente" la cifra final estará en la parte baja de esa horquilla.
Justificó el plazo de varias semanas para la vuelta al servicio de esos reactores porque se ha hecho una estimación más ajustada de los trabajos de reparación.
Los 56 reactores del parque nuclear francés (todos ellos de EDF) representan normalmente en torno al 70 % de la electricidad del país. Así ocurrió en 2021, cuando generaron 361 teravatios hora, muchos más de los que se esperan en 2022.
El resto procede de las centrales hidráulicas (12 % en 2021), de otras energías renovables (algo más del 10 %) y de las térmicas de gas o (residualmente) carbón (un 7 % entre ambas)
El problema es que ahora hay 32 reactores que no están produciendo una pequeña parte por las revisiones periódicas y la mayoría porque hay corrosión en los circuitos de enfriamiento del reactor que necesitan una reparación.
Esa es una de las principales razones de que los precios mayoristas de la electricidad en Francia para el futuro invierno estén siendo más elevados incluso que en Alemania, donde el precio del gas es más caro.
Una situación que hace temer posibles cortes de corriente en la próxima temporada de invierno, cuando aumente la demanda por la calefacción, sobre todo en picos de frío y cuando sea más difícil importar corriente de los países vecinos, como está haciendo ahora.
El Gobierno francés no ha querido pronunciarse todavía sobre la idea de establecer a nivel europeo un techo al precio del gas, como se ha hecho en el mercado eléctrico ibérico para contener la escalada de la electricidad.
Para el mercado interno, el Ejecutivo de Emmanuel Macron ha puesto un tope a las subidas del gas y de la electricidad para los consumidores particulares que se va a mantener al menos hasta comienzos de 2023, y que le va a costar unos 20.000 millones de euros a las arcas públicas.
En el caso de la electricidad, el incremento se ha quedado en el 4 %, y en el del gas las tarifas están congeladas desde octubre de 2021.