Bank of America (BofA) ha publicado un informe en el que analiza el impacto de la geopolítica en las cadenas mundiales de suministro de metales, destacando el importante papel de China en las industrias de tecnología verde.
Según el informe, el dominio de China en la producción de vehículos eléctricos (VE), baterías y paneles solares ha creado un reto competitivo para las empresas de fuera del país. Esto ha llevado a los mercados desarrollados (MD) a reconsiderar su dependencia de estas cadenas de suministro debido a los riesgos geopolíticos.
El informe de BofA esboza tres formas en las que se espera que cambien los patrones de consumo mundial de metales. En primer lugar, es probable que el cambio hacia la deslocalización aumente el consumo de metales en los países en desarrollo a través de una mayor inversión en activos fijos y actividades manufactureras.
En segundo lugar, China, que el año pasado limitó la inversión en tecnologías ecológicas, podría experimentar un descenso de la demanda de metales a medida que aumenten las barreras comerciales. En tercer lugar, la innovación tecnológica en los marcos alemanes podría conducir a la utilización de una combinación de materiales diferente de la que se utiliza actualmente.
A pesar de estos cambios, BofA mantiene una postura alcista sobre metales como el cobre y el aluminio, especialmente mientras la transición energética siga siendo una prioridad. Sin embargo, el informe también reconoce riesgos potenciales, como el impacto de una escalada de la guerra comercial mundial sobre el crecimiento económico y la demanda de metales.
Además, los precios regionales de los metales podrían variar significativamente debido al aumento de los aranceles, y el incremento de la inversión en innovación podría dar lugar a una mayor eficiencia y a efectos de sustitución que podrían cambiar inesperadamente las tendencias de los precios de determinados metales.
El informe también señala que los DM están intentando activamente reducir la dependencia de las cadenas de suministro de metales de China. Esta iniciativa sigue a la experiencia europea de excesiva dependencia de un único proveedor de energía, Rusia, que condujo a una dolorosa lección en materia de seguridad energética.
Las industrias chinas se enfrentan a un exceso de capacidad estructural, lo que supone un riesgo para los grandes empresarios de Estados Unidos y Europa. En consecuencia, existe un apoyo bipartidista en Estados Unidos, así como en la Unión Europea, para elevar las barreras comerciales, incluidas las investigaciones antidumping sobre los vehículos eléctricos y las industrias solar y eólica.
BofA concluye que, si bien el proteccionismo no es la solución definitiva, la innovación podría acabar redefiniendo el panorama competitivo de la industria minera, creando nuevos ganadores y perdedores.
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