París, 14 mar (.).- Francia insiste en que la Unión Europea va a seguir discutiendo en los próximos días sobre la posibilidad de dejar de comprar gas a Rusia, aun reconociendo que ese es un asunto sensible entre los Veintisiete por la dependencia que tienen, algo que no se resuelve "con una barita mágica".
"La discusión sigue sobre el gas ruso", aseguró este lunes el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, que en una entrevista al canal BFMTV dijo que la cuestión "evidentemente no es simple" por el nivel de dependencia de la UE, que aunque en Francia se limita al 20 %, en otro países del flanco este llega al 100 %.
Rusia recibe unos 800 millones de dólares diarios de la UE por sus ventas de gas y petróleo lo que, según reconoció Beaune, en la práctica significa que "financiamos a través de eso el aparato de guerra ruso". Por eso -subrayó- hay que recortar esa dependencia, pero "eso no se hace con un golpe de barita mágica".
En la cumbre celebrada el jueves y el viernes pasado en Versalles, los líderes de la Unión encargaron a la Comisión Europea que trabaje en detalle en un plan para reducir este año en dos tercios las compras de gas ruso, que suponen globalmente en torno al 40 % del consumo.
Pero excluyeron, al menos por el momento, la eventualidad de cerrar con carácter inmediato el grifo de las importaciones de gas y de petróleo de Rusia. El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que "nada es tabú" y no lo quiso excluir por principio, aunque el canciller alemán, Olaf Scholz (su país es mucho más dependiente) lo descartó.
"Esa discusión europea no ha terminado", aseguró Beaune este lunes. Añadió que habrá más discusiones "en los próximos días", pero sobre todo hizo hincapié en que las sanciones que ya se han impuesto a Moscú están teniendo un impacto "masivo" y vienen más.
Los representantes de la UE deben formalizar este lunes un nuevo tren de sanciones, incluido el embargo a las importaciones de productos siderúrgicos o de aluminio procedentes de Rusia, así como el fin de una serie de "preferencias comerciales" de las que se beneficia ese país.
Los líderes de los Veintisiete decidieron también en Versalles duplicar su ayuda militar común a Ucrania, que pasará de 500 a 1.000 millones de euros.
Más allá de esa ayuda coordinada, Beaune repitió que Francia no enviará aviones de combate, como pide el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, porque París no quiere verse arrastrado a una implicación directa en la guerra.
Para el secretario de Estado francés, enviar cazas plantearía "una situación ambigua" y "habría un riesgo casi generalizado de que el conflicto se propagara más allá de Ucrania".