Agustín de Gracia
Nueva York, 9 oct (EFE).- La Bolsa de Nueva York sufrió hoy una de sus peores sesiones de este año, con un descenso en torno al 2 % en sus principales indicadores, a causa de un cóctel de razones externas que dejaron temblando a Wall Street.
El Dow Jones de Industriales, su principal indicador, bajó un 1,97 %, el selectivo S&P 500 cayó un 2,07 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq perdió un 2,02 %.
Si se tiene en cuenta el porcentaje, la caída del Dow Jones de hoy es la peor desde el 3 de febrero pasado, cuando perdió un 2,08 %, pero, teniendo en cuenta los puntos, es aún peor: 334,97 puntos de descenso de este jueves frente a los 326,05 del 3 de febrero.
La de hoy fue una jornada de gran volatilidad, la mayor en los últimos meses. De hecho, fue heredada: el Dow Jones de Industriales ha tenido variaciones al alza o a la baja en más de 200 puntos por tercer día consecutivo.
A nivel local, nada hacía pensar que hubiera razones para una caída tan pronunciada: a la apertura de la sesión se conoció que la cifra semanal de solicitudes de desempleo bajó por cuarta semana consecutiva, algo que no ocurría desde febrero de 2006.
En otra sesión, ese dato pudo haber impulsado al alza a Wall Street, pero hoy no fue así, y el lastre de razones externas se hizo sentir y fue empujando hacia abajo los indicadores hasta las cifras finales.
Los analistas atribuyeron la caída a varias razones, incluyendo declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, en las que dijo que sin bancos más sanos o reformas económicas el crecimiento económico de Europa no será efectivo.
Asimismo, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, aseguró hoy en Washington que existe un 40 por ciento de posibilidades de que la zona del euro vuelva a caer en una recesión.
También desde el entorno externo, Wall Street se resintió al conocerse una baja del 5,8 % en las exportaciones de Alemania en agosto pasado respecto al mes anterior y un 1 % en su índice interanual.
La cosa no quedó ahí. Al cóctel peligroso se sumaron nuevas noticias sobre un descenso en los precios del petróleo, que en el caso del tipo de crudo de Texas cerró hoy con una pérdida del 1,76 %, el nivel más bajo desde diciembre del 2012.
El precio del petróleo está bajando en las últimas semanas por un exceso de oferta de los productores y una reducción de las compras en Europa y China, fundamentalmente, por las señales de debilidad de sus respectivas economías.
Pero, aunque esa reducción implique una revisión a la baja del precio de la gasolina, castiga los ingresos de sus productores, incluido Estados Unidos, el más importante gracias a lo que están aportando sus yacimientos de crudo "shale".
El sector energético fue el que más perdió hoy en Wall Street, un 3,32 %, y las acciones de las petroleras Exxon Mobil y Chevron fueron la segunda y la tercera que más bajaron hoy dentro del grupo de treinta firmas del Dow Jones de Industriales.
No contento con estas razones, Wall Street sumó a sus angustias la crisis del ébola, que cada día preocupa más a Estados Unidos, donde ya ha muerto un infectado que había viajado a Liberia y que puede tener un fuerte impacto económico se extiende por el país.
Con el mercado bursátil a la baja, los inversores buscaron refugio en otros lugares: el precio del oro, por ejemplo, estaba subiendo por encima del 1,5 % este jueves.
A pesar del sopetón de hoy, algunos inversionistas, demostrando sangre fría, aseguran que no hay razones para el pánico, entre otras razones porque la economía estadounidense va por buen camino.
Después de la crisis que estalló en 2008 "una o dos veces ha habido durante cada año caídas, y luego el mercado ha recuperado ritmo, hasta con más fuerza", dijo al canal financiero CNBC el director de finanzas de la firma Fred Alger.
Y siguen apuntando que, aunque haya nervios en los mercados, el dinero tiene que fluir hacia algún lado, y, hasta ahora, Wall Street sigue siendo un buen lugar.
"No te puedes sentar sobre tu efectivo", sostiene Rob Kapito, presidente del grupo de inversión financiera BlackRock.