Madrid, 29 nov (EFE).- El descenso de pasajeros por la crisis global y el precio del petróleo, que ha continuado alto a pesar de la recesión en los países más desarrollados, ha vuelto ser determinante en los resultados de una gran aerolínea como American Airlines, que se ha declarado en suspensión de pagos.
La bancarrota de American Airlines, que la compañía ha justificado en sus altos costes laborales y el precio del combustible, es la octava presentada por una aerolínea desde que a mediados de 2008 se hicieran patentes los primeros síntomas de la que ha sido la peor crisis de las últimas décadas.
El 29 de agosto de 2008, dos semanas antes de la caída de Lehman Brothers, Alitalia se declaró insolvente y solicitó pasar a una administración especial de las empresas de servicios públicos en quiebra.
En la actualidad la compañía italiana continua volando y está a la espera de un comprador.
A finales de octubre de ese año, Sterling Airways, segunda aerolínea danesa con 50 años de historia y controlada por empresarios islandeses, se declaraba en quiebra técnica por el colapso financiero en Islandia. Sterling, que se ha refundado por tercera vez, sigue volando y prestando sus servicios.
Poco después, el 7 de noviembre de 2008, la compañía mexicana ALMA se declaró en quiebra y suspendió sus operaciones por la crisis aeronáutica el panorama financiero y económico internacional.
Unas semanas antes, el 22 de octubre, la también mexicana de vuelos chárter ALADIA anunciaba que suspendía todas sus operaciones por el difícil entorno económico.
La crisis también afectó a Japan Airlines, la mayor compañía asiática, y el 19 de enero de 2010 se declaró en bancarrota ante un tribunal de Tokio, aunque continúa operando con el mismo nombre.
El sector del transporte aéreo en España también ha sufrido los efectos de la crisis económica y el 23 de marzo de 2010 Air Comet, compañía propiedad del entonces presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, presentó su concurso voluntario de acreedores con unos 160 millones de deuda y ha desaparecido.
Un caso especial lo ha protagonizado la aerolínea estatal griega Olympic Airlines, ahora en proceso de venta bajo la marca Olympic Airways, que se vio abocada al cierre después de que en febrero de 2008 fuera obligada por la UE a devolver las ayudas públicas recibidas del Gobierno griego.