Bruselas, 7 oct (EFE).- La Comisión Europea (CE) aseguró hoy que presentará antes de finales de año una solución para su sistema de comercio de emisiones, que obliga a las aerolíneas a pagar por el CO2 que emiten, tras el reto que plantea el compromiso de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) para 2020.
"Antes de que termine el año habrá una propuesta o una decisión de la Comisión Europea", señaló en la rueda de prensa diaria del Ejecutivo comunitario el portavoz de Acción por el Clima, el español Isaac Valero.
"Siempre hemos dicho que la Comisión estaba dispuesta a revisar la legislación cuando hubiera un resultado positivo en la OACI", explicó Valero, quien consideró que el acuerdo logrado el pasado viernes en la asamblea general de esta organización es ese "resultado positivo".
La OACI acordó el viernes en Montreal (Canadá) un plan para reducir las emisiones de la aviación en los próximos siete años que, por su carácter general y a largo plazo, dificulta en la práctica el cobro de la tasa verde para aviones en los vuelos intercontinentales.
La UE, que ya cobra esa tasa en vuelos dentro de su territorio, había aceptado suspender durante un año su aplicación a trayectos hacía terceros países para evitar una guerra comercial con EEUU, Rusia, China y la India, pero esperaba aplicarla a partir del próximo mes de abril, cuando expira la exclusión temporal.
"La Comisión junto con el Parlamento Europeo y los Estados miembros evaluarán ahora la situación y decidirán cómo seguir adelante", añadió Valero.
El portavoz no supo precisar si la propuesta de la Comisión será una nueva legislación sobre el comercio de emisiones o una revisión de las normas existentes.
Suspender el cobro de las emisiones a la aviación internacional hasta que haya un acuerdo global en 2020 implicaría retrasar ocho años la aplicación de esta tasa, lo que alteraría por completo el planteamiento original del sistema europeo ETS, como se conoce por sus siglas en inglés.
La UE debe por tanto buscar una manera de proceder en los próximos siete años que se adapte a la legislación europea ya en vigor y que a la vez no plantee problemas comerciales con sus socios internacionales.
Una opción que está encima de la mesa es que los vuelos intercontinentales solo paguen por el CO2 que emiten una vez entran en el espacio aéreo europeo, en lugar de por los gases liberados durante todo el trayecto, pero ese debate previsiblemente tardará en concretarse. EFE