San Fernando (Cádiz), 1 feb (EFE).- El embajador de Venezuela en España, Julián Isaías Rodríguez, ha asistido hoy en San Fernando (Cádiz) a la entrega a la Armada Bolivariana del buque de vigilancia litoral "Naiguatá", el tercero de su clase que se fabrica en los astilleros gaditanos de Navantia.
En el acto, el embajador venezolano ha insistido en que su país está "muy satisfecho" con el trabajo tecnológico que Navantia ha realizado hasta ahora para la Armada Bolivariana, dentro de un convenio firmado en 2005 y que prevé la construcción de cuatro buques de vigilancia litoral y de otros cuatro de vigilancia oceánica.
Un convenio que, según ha destacado el presidente de Navantia, Aurelio Martínez, es muy importante para los astilleros gaditanos, ya que suponen seis millones de horas de trabajo y 1.200 millones de euros.
"Deseamos continuar, me consta que están muy satisfechos con el trabajo", ha destacado el presidente de Navantia.
El embajador ha explicado que "se han hecho gestiones" para que este convenio se prorrogue con otros encargos de la Armada venezolana para Navantia, aunque de momento "no ha habido respuesta ni negativa ni positiva, se continúan".
El embajador de Venezuela, que en el acto ha destacado que próximamente finalizará su destino en España, ha indicado también que su país necesita buques de transporte petrolero y gas de gran calado, para lo que ya hay contactos con China para desarrollar este proyecto con una financiación mixta.
Según ha dicho, los astilleros españoles podrían aspirar a la construcción de estos buques si realizaran ofertas similares a las que han hecho China y otros países, un opción que, según fuentes de Navantia, queda lejos de ser real.
En presidente de Navantia sí ha mostrado su confianza en que prosperen algunos proyectos de colaboración que ha ofrecido a los astilleros españoles la Armada de Venezuela, al igual que algunas de las más de cuarenta acciones comerciales que se negocian en numerosos países, como Malasia y Australia.
Martínez ha subrayado que está especialmente esperanzado con el mercado de las economías emergentes como la asiáticas.
"Hay muchos inconvenientes porque casi todos quieren que se construyan en sus respectivos países y nosotros tratamos de negociar que por lo menos uno de cada serie se haga aquí", ha explicado. EFE
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