Nueva York, 13 mar (.).- Un estudio publicado este miércoles en la revista Nature sugiere que las emisiones de metano en parte de Estados Unidos triplican la estimación oficial y calcula que eso supone un coste social anual de 9.300 millones de dólares, aparte de pérdidas comerciales para el sector.
El estudio, dirigido por el investigador Evan Sherwin, del Departamento de Energía, Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Stanford, se basa en un millón de mediciones tomadas en las inspecciones aéreas de seis regiones productoras de petróleo y gas en el país, combinadas con simulaciones informáticas.
El total de las emisiones de metano que escapan a la naturaleza, según el resumen del estudio, varía desde el 0,75 % hasta el 9,63 % que se da "en una región petrolera en rápida expansión", mientras que la media ponderada de las seis regiones es el 2,95 % "o casi tres veces la estimación del inventario nacional".
Sherwin, en declaraciones a The New York Times, señaló que las emisiones están concentradas en una fracción muy pequeña de los puntos productores de energía, y se mostró optimista al considerar que centrándose en ellos se resolverá "la mitad del problema del metano en el petróleo y el gas".
Las emisiones de metano a menudo están ligadas a escapes en pozos petrolíferos, plantas de procesamiento de gas, oleoductos u otras instalaciones de energía, y también a la liberación de gas en el aire o la combustión de gas, recogen medios especializados.
Precisamente este miércoles, la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó su informe anual sobre metano, con datos preliminares que indican que en 2023 se produjo un incremento significativo de la concentración de este gas en la atmósfera, siguiendo la tendencia de los últimos años.
El metano es responsable de alrededor de un tercio del aumento de la temperatura global desde el comienzo de la Revolución Industrial y aunque se disipa antes que el dióxido de carbono -en unos 12 años, frente a los varios cientos necesarios para el CO2-, tiene un efecto mucho más fuerte a corto plazo como gas de efecto invernadero.
Del total de emisiones de metano, en torno al 60 % están generadas por la actividad humana, como la explotación de la energía o la agricultura, y el otro 40 % procede de fuentes naturales, esencialmente las marismas.